Una cara más atrevida del Audi e-tron llegó a México. Con el apellido Sportback, este eléctrico no solo trae consigo un techo tipo coupé, sino también mejoras aerodinámicas, más tecnología y mayor rango de autonomía.
Lo primero que llama la atención es la ausencia de espejos laterales; en su lugar tiene dos cámaras que transmiten su imagen a paneles OLED situados encima de las manijas de las puertas, donde se muestran guías para las maniobras de estacionamiento.
En conjunto con la caída coupé y el difusor trasero, contribuyen a eficientar la aerodinámica, que es mejor que la del e-tron normal, del que el Sportback toma los dos motores eléctricos. La mayor par-te del tiempo el motor del eje posterior es el que opera y, si es necesario, el delantero entra en acción para reducir el sub y el sobreviraje.
Las paletas al volante pueden sustituir a los pedales al permitir controlar el frenado. La regeneración de energía a través de los frenos equivale hasta al 30 por ciento de la autonomía.
El poder del Sportback se siente en las entrañas: su aceleración es más contenida que la de sus competidores Model X o I-Pace, pero e-Tron es deportivo en serio. Su tracción quattro brinda la confianza de pisar el acelerador y alcanzar una velocidad en donde los alrededores se vuelven borrosos y cuya sensación equivale al hoyo en el estómago que se siente durante una caída libre en una montaña rusa.
Melissa Rodríguez
Agencia Reforma