Imagen: undefined
 · 
Hace 4 días

Lo propiamente humano

En el siglo XXI estamos inclinados a señalar el mal como un ente geográfico, el mal se encuentra fuera, ajeno, vivimos bajo la ilusión digital de que el mal está en otro lado, sin revisarnos a nosotros mismos.

Imagen: Lo propiamente humano
Compartir:

En el siglo XXI estamos inclinados a señalar el mal como un ente geográfico, el mal se encuentra fuera, ajeno, vivimos bajo la ilusión digital de que el mal está en otro lado, sin revisarnos a nosotros mismos.

Parece que nada nos asombra, así se trate de un video en donde alguien alude a una supuesta superioridad por un sesgo clasista o de las víctimas de una guerra o atentado terrorista, el olvido, la exclusión se hacen presentes y roban el rostro y el ser personal de los afectados, se les convierte en noticia, en estadística, que dejará de tener presencia tan pronto aparezcan otros damnificados.

Para recuperar nuestra capacidad perceptiva de la realidad, para evitar la insensibilidad ante el sufrimiento humano, es necesario devolver la dignidad y por ende el valor inconmensurable a los seres humanos, que no se obtiene por la corrección política sino a través de un arduo trabajo teórico, práctico y ético sobre la inclusión, lo que implica comprender el valor de la persona, siempre como fin, decía Kant. La humanidad vale por lo que es y no por lo que hace, aprender y comprender que si una sola persona está fuera del marco del trato humano estamos terriblemente alejados de la inclusión.

No podemos ni tenemos derecho a socavar la dignidad de nadie, a excluirle; si queremos vivir bien el mundo, si queremos vivir en paz, es necesario no minimizar su importancia porque la degradación social será mayúscula, el mal no se elige impunemente, se tiene que pactar con él y pagar las consecuencias.

Podemos optar por la exclusión, por la indolencia, pero el mal esclaviza y en una sociedad donde el mal se impone, el mal se revierte, de ahí la necesidad de ser inclusivos porque una sociedad justa es por antonomasia es una sociedad mucho más inclusiva.

Promocionar la inclusión es oponerse a la pérdida de criterio, es apelar a construir una cultura de la paz, comprender que la paz no se limita a la oposición ante una guerra, sino a una forma de vida que entiende el valor de la otredad en su justa dimensión, ningún esfuerzo encaminado en dicha dirección será vano, por ello, el Tec de Monterrey promueve una cultura de la paz, abriendo las puertas a la inclusión, tolerancia y respeto entre nuestra comunidad.

Compartir:
Relacionados
Imagen: La Marcha del Orgullo. Todas las personas todos los derechos
Hace 6 horas
Imagen: Cuando las democracias fallan, surge  el populismo
Hace 6 horas
Imagen: Time Ceramic: ¿tema politizado?
Hace 6 horas

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad