El sistema de salud que deja López Obrador

El pasado domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador rindió un mensaje con motivo del sexto, y último, informe de gobierno. Justo en un momento donde su popularidad alcanza el 65 por ciento, su partido tiene mayoría calificada en el Congreso y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha asegurado en diversas ocasiones la continuidad de su proyecto.

Bajo este contexto, es complicado argumentar o hacer frente a cualquier declaración o acción de gobierno de esta administración porque en los hechos el respaldo al presidente y a su gestión ha encontrado adeptos en la mayoría de los y las ciudadanas. Un enorme respaldo popular que brinda legitimidad a prácticamente todos los dichos presidenciales.

Pese a ello, esa legitimidad no debe ni puede ser una licencia para desechar o tergiversar la evidencia disponible y, como mencionó el presidente en su mensaje, asegurar que México cuenta con uno de los sistemas de salud “más eficaces del mundo”.

Contrario a esto, existe muchísima información que demuestra el retroceso que ha tenido nuestro sistema de salud durante los últimos seis años. Solo tres datos bastarían para probarlo:

Los cerca de 30 millones de mexicanos que se quedaron sin acceso a los servicios de salud entre 2018 y 2022, de acuerdo con la medición de pobreza realizada por el Coneval.

El aumento de 31 por ciento en el gasto que las familias destinan para atender su salud, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Inegi.

Y que seis de cada 10 personas que no cuentan con seguridad social atienden su salud en el sector privado, principalmente en consultorios adyacentes a farmacias. Esto, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 del Instituto Nacional de Salud Pública.

Lo curioso es que contrario al mensaje del presidente, los propios datos contenidos en el Sexto Informe de Gobierno confirman la terrible crisis que atravesamos en materia de salud. Veamos, en primera instancia, los servicios otorgados por las instituciones públicas del sector salud en este sexenio. Uno de los más básicos son las consultas generales, estas han caído 21 por ciento entre 2018 y 2024, se han perdido cerca de 43 millones de este tipo de consultas.

De igual manera las consultas de especialidad, esas que tratan enfermedades más riesgosas para la salud, han disminuido en 22 por ciento y hoy se otorgan 10 millones menos que en 2018.

Las intervenciones quirúrgicas también han venido a la baja, al disminuir 6 por ciento de 2018 a 2024.

Uno de los temas que más ha estado en la agenda pública es el desabasto de medicamentos. En el Sexto Informe de Gobierno se reconoce que hoy solo se surten completamente el 69 por ciento de las recetas, una variación de 11 por ciento respecto a 2018.

Por último, y no menos grave, es que la cobertura del esquema básico completo de vacunación en niños y niñas con un año de edad pasó del 89 por ciento, en 2018, al 74.3 por ciento para 2024, es decir, prácticamente se triplicaron los infantes que no cuentan con vacunas básicas para evitar, entre otras enfermedades, poliomielitis, tuberculosis o sarampión.

Así, los datos mostrados en el propio informe se alejan del mensaje optimista otorgado por el presidente de México. En lo dicho, la evidencia disponible confirma la crisis por la que atraviesa nuestro sistema de salud. Lo irónico es que el propio informe de gobierno contradice lo expresado por el presidente en la plaza pública más importante del país.

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