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Hace (44) meses
Cerebro feliz
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Estimados lectores, el día de hoy escribiré sobre el cerebro y cómo podemos utilizarlo para ser felices.

¿Qué hace la mente cuando no hace nada? ¿Qué hace la mente cuando no tiene una tarea específica la cual atender? ¿Qué hace la mente en los momentos de silencio?

Cuando la mente no está haciendo algo específico divaga, la mente que divaga es la que va de un lado a otro. Cuando la mente divaga aparecen pensamientos e imágenes que tienen tres características básicas:

  1. Son automáticos. Aparecen más allá de nuestra voluntad, no tienen que ver con que decidamos pensar o no, aparecen automáticamente sin control de nuestra voluntad.
  2. Son principalmente de pasado o de futuro. Esto quiere decir que no son de conexión con el momento presente, sino un movimiento temporal que va hacia atrás y hacia adelante en el tiempo.
  3. Buscan el control de la situación. La mente busca el control de una situación determinada, un pensamiento, lo que sea, busca tener cierta certidumbre.

Esto es lo que suele hacer la mente cuando no tiene control y eso es lo que busca una mente que divaga: control, certidumbre.

Déjenme decirles que pasamos mucho tiempo en este estado, este es modo de base, modo predeterminado. Esto no significa que sea malo, este modo predeterminado tiene algo positivo. Te darás cuenta cuando estas soñando despierto, fantaseando, aparece cierta creatividad, no es cierto?

Suele ser en estos momentos de ensoñación, fantasía, cuando ya no hay anclas firmes en una reflexión lógica, es que uno deja volar momentáneamente la mente; entonces,  en ese momento suele aparecer, a partir de buscar cosas en el pasado y proyectarlas en el futuro, buenas ideas. Pero no es de esta mente de la que quiero hablarles, sino de la otra, la mente que está anticipando los problemas, las dificultades, que se preocupa por algo que quedo pendiente, que quiere tener el control completo de una situación que es algo incierta.

Esa mente activa un modo de alerta, un modo de alarma en nosotros. Esta mente produce cierta distracción, produce ansiedad, puede producir ciertos fenómenos de estrés, a veces estados rumiativos cuando es muy intenso y en algunos casos, estados depresivos. ¿Por qué? Porque esta mente que está divagando constantemente en este modo de alerta, es como un enfermo que camina por los pasillos del hospital donde hay mucha gente enferma con virus. Está muy vulnerable al contagio y a la posibilidad de contagiarse. Esta mente distraída, que está dando vueltas sobre las preocupaciones y anticipando cosas que van a venir, normalmente genera estados de ansiedad, angustia, estrés y depresión.

Existen tres formas en que el cerebro divaga sobre una preocupación o algo que le genera malestar, son las más comunes:

  1. Evitar-escapar. La mente se quiere ir de esta situación, entonces la mente está huyendo.
  2. Esto es lo que hace la mente muchas veces: querer eliminar algo que le está ocurriendo.
  3. Cuando no se puede superar la situación que se tiene enfrente de algún modo, la mente colapsa. Se siente superada, a veces con fenómenos de angustia, otras veces con fenómenos depresivos, quizás, pero a veces también puede ser en una situación muy sencilla, pero por la cual ustedes sienten que están siendo superados, como un jefe que los está maltratando, entonces la mente se quiere evadir, se quiere ir, pero se siente superada.

Estas son las cosas que hace la mente cuando está en estado de divagar.

Pero lo que yo les quiero dar es una alternativa, algo llamado Atención plena o Mindfulness. Ya he escrito artículos anteriores sobre esto, básicamente es estar presente en el momento en el cual estamos, es estar con cuerpo, espíritu y mente en el lugar en el cual nos encontramos. Esto tiene que ver con la intención de estar en el presente, estar momento a momento porque lo único que tenemos es el aquí y ahora, y además sin juzgar.

Estamos todo el tiempo juzgando, etiquetando: bueno, malo, lindo, feo, con esta práctica lo que lograrás es estar frente a la situación tal cual es, aceptando, conectando.

Cuando hacemos esto, aparece mayor tensión, mayor conexión, y también bienestar, equilibrio y felicidad. Este cerebro atento, conectado, es aquel que puede sentirse feliz. Está comprobado que cuando entrenamos la mente para lograr estar en la atención plena, porque esto se entrena, se trabaja día a día, nos da la posibilidad de estar atentos, de estar conectados, de sentirme y sentir al otro de manera tal que pueda empatizar o ser compasivo con aquello que le está ocurriendo.

Son muchos los beneficios que esta práctica te puede brindar. Si quieres conocer más acerca de ella, te invito a leer dos o tres artículos anteriores a este y sabrás por dónde empezar.

Si tienes alguna duda sobre el proceso, no dudes en escribirme, con gusto atenderé todas tus dudas.

Como siempre, les deseo larga vida, salud y prosperidad.

Alberto Tristany Zarauza,

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