Otra vez las intensas lluvias en la zona de Tula, que por supuesto alarmaron a los vecinos que ya están bien asustados y no es para menos, una tormenta en la ciudad de los Atlantes y de inmediato viene a la mente de los habitantes la tragedia de septiembre del 2021.
Los grupos de Whats creados para estar atentos a cualquier contingencia, realizaban llamados a las autoridades porque en diferentes calles el nivel del agua había aumentado considerablemente.
Los videos inundaron las redes sociales y no faltaban voces de alarma que hablaban de trombas en otras ciudades del Estado de México y que las aguas llegarían hasta Tula.
Lo cierto es que cualquier tormenta que azote a Tula pondrá una vez más el dedo en la herida y se las recordará a las autoridades, que no han escuchado a los ciudadanos sobre las prioridades a la hora de diseñar proyectos para supuestamente mejorar la situación de Tula, que siendo honestos, es difícil de mejorar, porque es una ciudad fregada de origen.
Para tratar de paliar las afectaciones por las inundaciones del 2021, autoridades federales aseguraron que lo urgente era el revestimiento del río para que aguantara el envío de mayor cantidad de agua y así evitar las inundaciones en la Ciudad de México, o lo que es lo mismo, que se chinguen los hidalguenses.
Por cierto, el exalcalde que ahora mantienen en prisión por presuntamente chingarse la lana había insistido en la urgencia de invertirle al drenaje que, además de viejo, ya era totalmente inoperante, pero nadie lo escuchó y ahora ahí están las consecuencias.
Además de que, en efecto, las personas siguen con la mala costumbre de tirar la basura en las calles y eso le suma obstáculos al desfogue de las aguas pluviales, a los “especialistas” en el diseño de proyectos les valió madres las llamadas de atención sobre la importancia y la urgencia de invertir en mejorar el drenaje, para estos supuestos conocedores de la ingeniería hidráulica, se tenía que invertir en aumentar el cauce del río lo que solo ha traído dolores de cabeza a las autoridades municipales que tienen que apechugarle porque son órdenes de arriba.
A tal grado llega el empecinamiento en solo trabajar en el río, que para quienes nos dedicamos a la comunicación y solicitamos información nos responden que del tema del río Tula solo lo puede abordar la presidencia de la República y nadie más.
La pregunta obligada es si el presidente López Obrador está enterado de esta orden que supuestamente viene desde la presidencia, porque hasta donde se sabe él está muy interesado que en verdad se mejoren las condiciones de los habitantes de este municipio.
Pero una vez más Tula y sus inundaciones ponen en tela de juicio las determinaciones de meterle dinero al río e ignorar al drenaje que se ha convertido en un dolor de muelas para la población, porque para las autoridades federales a ellos eso no les quita el sueño.

Palabras más, palabras menos.
Y ya que hablamos de toma de decisiones a lo puro pendejo, en la Huasteca los apicultores se quejan de que para la entrega de supuestos apoyos, no tomaron en cuenta sus opiniones y les entregaron las abejas a pesar de que ellos les habían alertado de que no soportarían el calor tan intenso y prolongado que azotó a la Huasteca.
Total que no los escucharon, las abejas se murieron por el calor y está en riesgo de extinguirse la actividad apícola, cuando menos en la región de la huasteca, todo por la necedad de no reconocer la experiencia de
los productores.

Espero sus comentarios. @berthaalfaro