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Hace (6) meses
El elevado costo del agua barata
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Nos encontramos en una coyuntura crítica que requiere acción. Los crecientes impactos del cambio climático y la rápida pérdida de naturaleza están creando un momento decisivo para la humanidad.

La estabilidad de las sociedades y las economías penden de un hilo. Nuestro informe “El elevado costo del agua barata, el verdadero valor del agua y de los ecosistemas de agua dulce para las personas y el planeta”, muestra que, en medio de esta crisis, surge una oportunidad apremiante: una oportunidad para que la unidad mundial afronte directamente estos retos interrelacionados.

Si abordamos la crisis del agua dulce, ignorada pero devastadora, podemos dar forma a un futuro definido por el equilibrio, la resiliencia y a un mundo que adopte objetivos positivos para la naturaleza y net-zero.

El agua, la fuerza vital de nuestro planeta, y los ecosistemas que la sustentan —ríos, lagos, humedales y acuíferos— se han infravalorado sistemáticamente. Este descuido tiene un profundo costo: una crisis del agua que corroe el bienestar humano y pone en peligro la salud de nuestro planeta. La realidad es cruda: cientos de millones de personas carecen de acceso a agua limpia, miles de millones carecen de saneamiento adecuado y los riesgos relacionados con el agua ponen en peligro la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia. Casi tres cuartas partes de las catástrofes recientes han estado relacionadas con el agua.

Este reto se intensificará a medida que las poblaciones y las economías crezcan, aumentando la presión sobre los suministros de agua. El agua es el principal medio a través del cual las sociedades y las economías sufren el impacto de la crisis climática: inundaciones cada vez más extremas, sequías, cambios en los regímenes de precipitaciones y la consiguiente inseguridad en el suministro de alimentos, fluctuaciones en el caudal de los ríos, incendios forestales y deterioro de la calidad del agua.

“Estamos drenando la fuerza vital de la humanidad a través del consumo codicioso, excesivo y del uso insostenible del agua, y evaporándola a través del calentamiento global”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Necesitamos revertir urgentemente estas pérdidas porque los ecosistemas de agua dulce sanos son fundamentales para garantizar la seguridad hídrica, alimentaria y energética, así como para hacer frente a las crisis natural y climática. Los ríos por sí solos sustentan un tercio de la producción mundial de alimentos y proporcionan sedimentos que sostienen los manglares y mantienen los deltas por encima de la elevación del nivel del mar.

Además, las llanuras aluviales y los humedales sanos actúan como defensas naturales de nuestras ciudades y comunidades frente a inundaciones, tormentas y sequías. En el centro de esta crisis del agua se encuentra el grave declive de la biodiversidad de ecosistemas acuáticos y la continua degradación de nuestros ecosistemas.

En cinco décadas, un tercio de los humedales ha desaparecido y las poblaciones de especies de agua dulce se han desplomado un 83 por ciento, en promedio. Estas escalofriantes cifras ponen de manifiesto el daño infligido a nuestros ríos, lagos, humedales y acuíferos.

Es imprescindible tomar medidas urgentes para revertir estas pérdidas. Sin embargo, el descuido persistente de la importancia nacional y mundial de los ecosistemas de agua dulce perpetúa su degradación, a pesar de su inmenso valor.

Según nuestro informe “El elevado costo del agua barata, el verdadero valor del agua y de los ecosistemas de agua dulce para las personas y el planeta” que, publicamos antier en el marco del Día Mundial de la Alimentación, el valor económico del agua dulce alcanzó los 58 billones de dólares en 2021, lo que equivale al 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial.

Los gobiernos y las empresas tienden a centrarse en las ganancias inmediatas, a menudo sin tener en cuenta los beneficios más amplios. Reconocer la importancia de los ecosistemas de agua dulce sanos, incluido su significado cultural y espiritual, es crucial para tomar decisiones informadas. Pasar por alto los diversos valores de estos ecosistemas está en el centro de la crisis mundial del agua.

Desde 1961, WWF no ha desistido de salvaguardar la salud de los ecosistemas de agua dulce, desde la restauración local hasta la gestión global. Aunque los retos persisten, es evidente que existe un impulso creciente para la acción centrada en el agua.

El histórico Marco Mundial para la Biodiversidad y la COP27 subrayaron la importancia del agua. Y este año, la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua en medio siglo lanzó el Desafío del Agua Dulce con el objetivo de restaurar el 30 por ciento de los ríos y humedales degradados para 2030.

México y el mundo deben aprovechar esta oportunidad única para redefinir la gestión del agua y salvaguardar los ecosistemas. Este informe destaca los pasos esenciales para abordar las crisis e insta a una mayor inversión en soluciones basadas en la naturaleza para restaurar sistemas hídricos saludables.

WWF se asocia con comunidades, gobiernos y empresas para trabajar en todos los sectores, impulsando esfuerzos transformadores en los ecosistemas de agua dulce y reforzando así nuestro compromiso con la lucha contra el cambio climático y la prevención de la pérdida de biodiversidad.

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