Luego de algunos reveses, rectificaciones y hasta prohibiciones, hoy martes, tomarán las riendas de los ayuntamientos los atípicos nuevos presidentes municipales quienes deberán no solo enfrentar un presupuesto ya rasurado, sino también una pandemia galopante que los obligará a pensar antes de actuar.
Solo en dos casos, Ixmiquilpan y Acaxochitlán la fiesta tendrá que esperar lo mismo que los concejos municipales, en tanto se realizan nuevas elecciones. La primera de ellas por empate y la segunda, al comprobar que el ganador Vicente Charrez efectivamente hizo trampa al utilizar recursos públicos para obtener una delantera.
Hay otros casos inverosímiles, como Calnali, en donde el alcalde fue sancionado por incumplido en su anterior chamba de secretario de Obras Públicas, o bien en Juárez, en donde el alcalde todavía debe dinero de su anterior administración.
Existen tanto margen para engañar a las instituciones estatales o federales, que dos o tres años más tarde nos sorprendemos que el presidente municipal fue un ladrón, cuando la sociedad bien sabe a quién escoge, a quién le brinda su voto.
En los pueblos chicos y hasta en los grandes, ya saben el origen del dinero que utilizaron para ganar la campaña, si viene de componendas empresariales con el gobierno; si viene del huachicol; si hay una mano negra que entrega recursos producto de la venta de drogas; o, si se trata de un defraudador.
Aquí la ganancia estriba en la complicidad ganada entre ambos: uno espera el voto junto con el silencio y el otro, el ciudadano, obtener más dinero fácil a cambio de esa verdad guardada.
Hay pueblos en donde las cuentas de la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH) cada año les recuerdan que ya deben saber elegir a su presidente municipal, porque siempre se encuentran en la lista roja de la corrupción.
Un caso lo es Santiago de Anaya, en donde hablan de usos y costumbres, de tradiciones democráticas, de preservación eterna de la cultura hñañhu; sin embargo, no ha existido la sabiduría para tener un alcalde que no esté amenazado de ir a la cárcel una vez dejando el cargo, algo parecido a Chilcuautla.
En febrero, ya podremos ver la nueva lista de alcaldes ladrones que son perseguidos según la ASEH, al darse a conocer los resultados de su último año lectivo.
Ahora, los nuevos alcaldes tienen otro grave compromiso: salvar la vida del mayor número de sus representados. Sí, la historia nos alcanzó y la prioridad de cualquier gobernante será preservar la vida humana y para ello no únicamente necesitará de inteligencia, sino también de dinero, el cual no llegará tan fácilmente.
De acuerdo al presupuesto 2021, la Secretaría de Salud del gobierno estatal ejercerá 5 mil 722 millones 994 mil 549 pesos. Una cantidad que se elevó apenas 910 millones más que el año anterior que no existía, programado para atacar al virus de la Covid 19. Esto nos muestra que la situación económica oficial complicará todavía más las cosas a los nuevos alcaldes.
Ahora resta conocer las fechas de las nuevas elecciones por parte del IEEH quien, para variar, ya comenzó a llorar un presupuesto extraordinario, aun después del papelazo que se aventó en las pasadas elecciones y de las cuales se demanda públicamente castigo a los responsables de tantas fallas.
Nimiedades: Iniciaron las negociaciones entre las cúpulas de los partidos políticos para crear el frente antimorena; ojalá lo aterricen entre sus militantes porque el grado de simpatía de AMLO en Hidalgo, todavía es alto.
