La estadunidense R’Bonney Gabriel se alzó con la corona de Miss Universo en su edición 71, lo que causó disgusto a más de uno, pues muchos internautas argumentaron que existió un fraude, en primer lugar, por la descalificación prematura de la representante de México, Irma Miranda, y porque consideraron que la modelo venezolana Amanda Dudamel debió ganar el certamen.
Una de las que mostró su postura a este caso fue Ximena Navarrete, quien fue la ganadora del concurso en 2010 y que ahora fue una de las jueces, pues aseveró que “no hubo forma” de que los resultados fueran modificados para favorecer a alguna competidora.
“También me dio mucha tristeza, al igual que muchos de ustedes, de que no entró Irma Miranda, y obviamente teníamos ganas de verla porque es una gran candidata, una gran concursante, lo hizo superbién, estaba guapa y preparada”, mencionó la también modelo.
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Asimismo, explicó que ella fue la jueza que formó parte del programa en vivo, pero reveló que las 16 semifinalistas se eligen con anterioridad, en una decisión que, dijo, no tuvo que ver.
“Hay diferentes paneles de jurado y a mí me tocó ser parte del show en vivo, o sea, de la parte final. A mí me dan el top 16, que es cuando yo empiezo a votar y me enseñan sus entrevistas, las que hicieron en privado.
Solo les puedo decir que somos varios votando en una computadora, no hay manera de mover los números”, mencionó.
No obstante, existen versiones de que la actual dirigente de Miss Universo, la tailandesa Anna Jakapong, en realidad tiene una cierta inconformidad de que México y América Latina en general llegue “siempre” a los primeros puestos del certamen, algo que dejó entrever cuando Andrea Meza ganó el concurso en 2020.
En aquel momento, la encargada del evento aseveró que le parecía “sospechoso” que hubiera muchas mujeres latinoamericanas en la final, a lo que la representante mexicana respondió que se sentía orgullosa “del esfuerzo y del trabajo” que la llevaron a obtener el triunfo; no obstante, se dio a conocer que ambas se “reconciliaron”.
Además, una de las visiones con las que tomó Anna Jakapong el mando de Miss Universo es que comenzaría a hacer un certamen de belleza más incluyente, en la que participen mujeres de diferentes edades, con hijos y transgénero, aunque hay acusaciones en su contra que aseguran que ella decide quien llega a las finales, contradiciendo su discurso de que “el fraude dentro de la competencia iba a terminar”.
Redacción web
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