Junto a una radiante Penélope Cruz, el director español Pedro Almodóvar volvió a recorrer este viernes la alfombra roja del Festival de Cannes, en busca de su primera Palma de Oro con Dolor y gloria, ovacionada al término de su proyección.

Su actriz fetiche eligió un alegre vestido de flores azules y blancas, con encajes y rematado con dos cintas azul marino; mientras Almodóvar, muy sobrio vestido de negro, posó, como de costumbre, con gafas de sol oscuras.

En esta película autobiográfica, Penélope Cruz encarna a la madre de Almodóvar en las escenas que evocan su infancia. “Pedro siempre me vio como madre desde que lo conocí a los 17 años. Ya en Carne trémula, doy a luz en un autobús ¡justamente con la ayuda de Pilar Bardem!”, explicó la actriz a un grupo de periodistas, entre estos la AFP, en referencia a su suegra.

Un papel innato, según Cruz: “Ya cuando jugaba de niña, con tres o cuatro años, siempre elegía el personaje de madre”.

“¡Penélope habría sido una mujer incompleta si no hubiera tenido hijos!”, dijo por su parte Almodóvar.

El resto del elenco de Dolor y gloria también acompañó al director en la alfombra roja: el protagonista, Antonio Banderas, que encarna al propio Almodóvar, lució un traje negro con pajarita blanca y estuvo acompañado de su novia Nicole Kimpel. Los actores españoles Asier Etxeandía y Nora Navas y el argentino Leonardo Sbaraglia completaron el grupo que acaparó las cámaras.

Otros actores españoles como Marisa Paredes y Rossy de Palma acudieron a la cita para apoyar la cinta. Almodóvar “se merece” la Palma de Oro, dijo esta última. Al término de la proyección en el histórico Palacio de Festivales de Cannes, el público se puso en pie, aplaudiendo durante varios minutos. Pero sin duda el más conmovido fue Almodóvar, que se abrazó con Penélope Cruz, mientras el resto del reparto disfrutaba, emocionado, de la salva de vítores y aplausos.

AFP I Cannes