Originaria de Jacala de Ledezma, con seis años en la Policía estatal y los últimos seis meses asignada a la Policía Violeta, Jocelyn Martínez Hernández reconoce que compaginar la vida profesional con la maternidad es difícil, pero no imposible, se requiere “valentía, sacrificio y amor”.
Sacando fuerza “de todos lados”, tanto para “darle lo mejor” a su hijo como para cumplir con sus responsabilidades en el ámbito laboral, Jocelyn, de 28 años de edad, describe que su día comienza a las 5:00 de la madrugada para llevar a su pequeño con la persona que le ayuda en su cuidado.
Debido a que su turno de trabajo es de 24 por 24 horas, no les es posible pasar mucho tiempo con el menor.
“Es muy difícil, porque él está dormidito y lo tengo que despertar todos los días para que lo cuiden”, indica la joven madre, quien resalta que, a distancia, está al pendiente de su hijo, monitoreando si está bien y si ya comió, o en caso de que deba pasar más tiempo trabajando, tiene que pedir que se queden con él.
Reconoce que tiene presente un sentimiento de culpa, debido al tiempo que pasa fuera de casa para cumplir con sus compromisos laborales, y aunque “es duro”, nadie lo va a hacer por ella.
A un año, siete meses de haberse convertido en madre, su vida ha cambiado: “El primer día que dejé a mi hijo después de mi licencia de maternidad fue muy difícil”.
En el ámbito profesional, recuerda que desde niña tuvo el sueño de ser policía, actividad que, además de valentía, requiere sacrificio. A aquellas mujeres que desean ser agentes, dijo que “el proceso es difícil, pero si se lo proponen, pueden lograrlo”.
Yuvenil Torres I Pachuca
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