A consecuencia de las obras del Plan Hídrico de Tula para evitar nuevas inundaciones en la demarcación, Jesús Romero Rodríguez, junto con su esposa y su pequeña hija, tuvo que ser trasladado a zona “segura”, fuera de la ribera del principal cuerpo de agua del municipio, el cual se desbordó en septiembre de 2021.
De acuerdo con el regidor Ricardo Baptista González, la reubicación de esta familia es la única que se realiza producto de estas obras por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pues, según el edil, se encontraba en un estatus de “vulnerabilidad mayúscula”, además de que tuvieron el apoyo del gobierno estatal.
El asambleísta local dijo que, aunque hay otros dos domicilios que se encuentran cerca del paso de los trabajos, las citadas viviendas no sufrirían daños estructurales como tal, sino que solo serían tocadas por la rectificación del afluente.
“Hay una casa contigua al puente naranja del ferrocarril; esa sería molestada solo por los trazos de rectificación del río, y en la otra se demolerá una barda, la cual, sin embargo, será repuesta por la dependencia federal y la empresa a cargo de la obra (IROL Corporativo), por lo que no se hablaría de reubicación como tal”, detalló Baptista González.
El integrante del Cabildo sostuvo que el afectado fue llevado a la comunidad San Andrés y que se encuentra alojado en una propiedad de su familia, donde se le ayudará a habilitar unos cuartos para que tenga “una vida digna”. Aseguró que se respetaron todos sus derechos humanos.
En mayo pasado, Romero Ramírez dijo en entrevista que la Conagua no le había hablado de una reubicación y que, por no tener a dónde ir, no abandonaría su lugar de residencia, ubicado a espaldas de conocido hotel, a la entrada de Tula.
Este lunes, Criterio recorrió el lugar donde solo quedan escombros, lonas y algunos montículos de piedra de lo que se conformaba la improvisada y antigua vivienda.
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende