“Se habló de la posibilidad de una reubicación, la cual no queremos, no la estamos pidiendo, queremos seguir ocupando este espacio”, dijo una de las afectadas
Residentes de la calle Leandro Valle, cuyas viviendas se encuentran colindantes a la ribera del río Tula, de las que resultaron afectadas por el socavón generado a espaldas de dicha vía del centro de la ciudad, dijeron en entrevista que no quieren ser reubicados como en días pasados sugirió una propuesta por parte de las autoridades.
Teresa Pérez Melgarejo, propietaria de una vivienda en riesgo en el río Tula, dijo que, por principio de cuentas, la Conagua debe de terminar bien las obras, entregar un trabajo de calidad, que garantice la protección de las familias, para después iniciar las labores de rehabilitación de las viviendas.
“Cuando el gobierno del estado y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ofrecieron la conferencia de prensa sobre el río en la ciudad de Pachuca, se habló de la posibilidad de una reubicación, la cual no queremos, no la estamos pidiendo, queremos seguir ocupando este espacio, que nos reparen nuestras casas, aquí queremos seguir”, dijo.
La colona dio a conocer que las casas recientemente demolidas por resultar completamente socavadas de sus cimientos, nunca han sido habitadas por sus verdaderos propietarios, sino que siempre estuvieron en renta, por lo que no se sabe a ciencia cierta qué ocurrirá, dado que los dos órdenes de gobierno que han intervenido en el tema, no se han acercado a dialogar.
Cabe resaltar que el director local de la Conagua, Israel Félix Sánchez, informó en un encuentro con los medios hace un par de semanas que después de una evaluación técnica se determinaría qué hacer con los inmuebles afectados y sus moradores.
A fin de proteger de las corrientes del río Tula a las viviendas a espaldas de la calle Leandro Valle, en el centro de Tula, que varias de ellas se quedaron sin cimientos debido a un socavón, personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) trabaja desde principios de esta semana en la construcción de un muro de piedra.
La barrera se colocó después de que, el fin de semana pasado, dos casas fueran demolidas tras afectaciones en sus bases, que estaban hechas de cemento, piedras y fango.
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Incluso, de manera preventiva, cinco viviendas a las orillas del río Tula, que eran ocupadas por 12 personas, fueron desalojadas.
No obstante, existen dos casas más que igualmente se quedaron sin cimientos y que no cuentan con otro soporte que un montículo de tierra; dichos inmuebles, incluso, quedaron parcialmente ladeadas después de que se derribaran las primeras dos.