Pese a la contingencia y a las recomendaciones emitidas por parte de autoridades sanitarias y eclesiásticas para participar virtualmente en las celebraciones correspondientes a Semana Santa, cientos de feligreses acudieron ayer a la misa de Domingo de Ramos.
Al exterior de la parroquia de San Miguel Arcángel, ubicada en el centro de Ixmiquilpan, los creyentes, algunos con cubreboca y otros sin protección alguna, se dieron cita para participar en la celebración eucarística que marca la entrada de Jesucristo a Jerusalén y el comienzo de la Semana Santa.
Según la tradición, Cristo fue recibido con ramas de olivo y hojas de palmas, por lo que los católicos se presentan el sexto domingo de Cuaresma a la iglesia para la bendición de estas, las que posteriormente colocan en la puerta de su hogar a modo de protección y bendición.
Al respecto, Criterio cuestionó a algunos asistentes sobre el riesgo de presentarse en un lugar con aglomeración en época de pandemia, pero ellos antepusieron la fe a su salud.
“No estamos haciendo nada malo, al contrario, nuestra acción es honrar y recordar a Dios y por ello no tememos, pues no puede existir castigo”, señaló uno de los asistentes.
Recalcó la importancia de cumplir las enseñanzas y tradiciones religiosas, pues —aseveró— “de esta manera se preserva la fe y también las bendiciones”.
Nancy Aranda
Ixmiquilpan