Derechohabientes del programa federal IMSS-Bienestar se quejaron de la atención que se da en el Hospital Rural 23 de Huejutla, en donde aseguraron que algunas enfermeras tienen “un trato déspota” con las personas que acuden a solicitar un servicio.

Rodrigo Hernández Hernández, uno de los agraviados, reclamó que, mientras que el gobierno de México dice que “todo está bien”, esto no se refleja al menos en el personal que labora en dicho nosocomio, sitio del que exhibió que cuenta con una saturación alta y que los trabajadores no se comportan de forma amable con los pacientes.

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Además, aunque aseveró que teme por posibles represalias, declaró que hace unos días acudió al área de Urgencias para solicitar atención médica, pero que la actitud de las enfermeras “es indiferente” y que, incluso, se enojan si son interrumpidas, “como si fuera una molestia realizar su trabajo”.

“Sabemos que no les pagamos su sueldo, pero, si van a laborar en ese lugar, al menos deberían de ser amables, porque es parte del trabajo que cualquiera realiza, uno va desesperado buscando ser atendido y recibe uno hasta regaños, no debería de pasar este tipo de cosas”, expresó.

En ese efecto, el agraviado sugirió que el gobierno federal debería hacer revisiones y supervisiones en los nosocomios del IMSS-Bienestar y sin avisar para que se percaten sobre la manera en que las enfermeras y el personal médico trata a los pacientes.

Otra de las quejas, agregó, es que muchos de los medicamentos que les llegan a recetar no están disponibles en la farmacia del hospital, por lo que las familias tienen que utilizar recursos propios para comprar lo que les hace falta, “cuando se supone que a los derechohabientes les hacen un descuento para que no les falten medicinas”.

Salomón Hernández | Huejutla