La planta tratadora de aguas residuales construida en Las Fuentes, comunidad de Singuilucan, suma 17 años de denuncias ciudadanas por contaminación ambiental y falta de transparencia tanto en el proyecto como en la aplicación de los recursos para su construcción y equipamiento, que, según activistas, superan los 25 millones de pesos.
Habitantes de la demarcación han calificado a esta obra como “un sinónimo de corrupción”; incluso, hay quienes irónicamente señalan que dicha planta, más que sanear las aguas negras, fue creada para “blanquear dinero”.
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La asociación civil Singuilucan Justicia Social, liderada por Mariano Aguilar Meneses, durante más de una década ha denunciado e iniciado procedimientos ante dependencias de los tres órdenes de gobierno para exigir la reubicación de la planta tratadora.
Su principal argumento es la contaminación que esta obra genera debido a la mala planeación respecto a su ubicación, ya que los drenajes que llegan a la misma pasan por el lecho de los manantiales y cuerpos de agua del lugar.
El activista recordó que la planta tratadora solo estaría a prueba tres meses, pero lleva casi cuatro años en operación, con un gasto anual que supera los 3 millones de pesos por consumo de energía eléctrica y sin que cumpla el fin para el cual fue creada.
Esta obra fue gestionada en la administración 2003-2006, de Esteban Tejeda, y su construcción comenzó en el trienio de Apolinar López (2006-2009), con un presupuesto previsto de 14 millones de pesos, pero sus sucesores Román Álvarez y José León no dieron continuidad a los trabajos y fue el exalcalde Mario Hugo Olvera quien gestionó el rescate de la planta ante el gobierno de Hidalgo.
El extitular de la Secretaría de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial de Hidalgo (Sopoth), José Meneses, en su momento informó que el objetivo era sanear esa zona de Singuilucan a través de esta planta, que trata las aguas residuales de ocho comunidades.
María Antonieta Islas | Singuilucan
