En su segundo día de elecciones internas, Morena registró actos violentos, acarreos y voto inducido, por lo que morenistas de diferentes corrientes anticiparon que impugnarán el proceso interno ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido y ante el Tribunal Electoral.
Ayer domingo se eligieron otros 137 consejeros en 12 entidades.
En Gómez Palacio, Durango, se suspendió la elección por un enfrentamiento entre simpatizantes de Marina Vitela, excandidata a la gubernatura y candidata a congresista, y el grupo del senador José Ramón Enríquez, acusado de operar en contra de ese partido en la pasada elección.
En la gresca, se quemaron boletas, se aventaron sillas e incluso, un hombre fue golpeado con un bat.
En el Estado de México, en Tequixquiac, los inconformes quemaron la papelería electoral y funcionarios de casilla intentaron apagar el fuego con botellas de agua.
Nuevamente se acusó a mandatarios estatales y funcionarios públicos de movilizar y usar la infraestructura gubernamental para favorecer a sus candidatos, aunque no militaran en Morena .
Es el caso de San Luis Potosí, donde gobierna el pevemista Ricardo Gallardo, y de Morelos, con Cuauhtémoc Blanco, a quien acusaron de usar hasta el transporte del DIF para llevar acarreados a votar por su hermano,
Ulises Bravo.
En diversos estados se evidenció, como el sábado, a votantes que llevaban en un “papelito” los nombres de los dos congresistas, hombre y mujer, por los que debían votar.
Morenistas que documentaron “fraude masivo”, advirtieron que, además, de la compra e inducción del voto, la “constancia de afiliación” no tuvo los requisitos partidarios, no hubo secrecía del voto, hubo intervención indebida de personas en el proceso de selección y se excluyó a escrutadores designados para colocar a personas ajenas en el conteo.
Entre quienes planean impugnar están Alejandro Rojas, del grupo de Ricardo Monreal, y la Convención Nacional Morenista, conformada por personajes como John Ackerman, quien documentó públicamente algunas de las irregularidades.
“No se puede tapar el sol con un dedo, camaradas. No se vale ser candil de la calle y oscuridad en la casa. En la Convención Nacional estamos comprometidos con denunciar y limpiar el proceso”, anticipó Ackerman.
Martha Martínez y Claudia Salazar I Agencia Reforma