Ante los cortes en el suministro, la demanda de agua embotellada creció a tal punto que en algunas tiendas estaba anoche prácticamente agotada.
En el HEB de Plaza Cumbres y en el Soriana Hiper Cumbres, por ejemplo, las marcas tradicionales se terminaron ayer, por lo que en los anaqueles sólo se podía encontrar agua de marcas que costaban entre 78 y 93 pesos el litro.
“Se batalla un poco, pero sí se encuentra. El problema es que hay que estar de tienda en tienda buscando”, dijo un cliente en Soriana.
“Aquí el agua que queda es muy cara”.
En esa tienda, un empleado aseguró que ayer por la tarde habían llegado hasta 15 tarimas de agua embotellada en diversas presentaciones, pero se terminó de inmediato
Miguel Tamayo Guevara | Agencia Reforma
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¿Imagina recibir el agua de una pipa que sólo pasa una vez cada dos semanas? ¿O que lavar la ropa sea un lujo? Para las comunidades en la zona rural de Monterrey, es una realidad.
Abastecido solo por un charco que queda en uno de sus botes, Homero Sánchez, de 57 años, espera la pipa que llegó por última vez hace 15 días a su comunidad, Encinal de La Poza, en Galeana.
Ahí tienen cinco norias, pero ya están secas.
“Nos lleva agua la pipa, pero no en tanta cantidad, nos la lleva medida, sólo dos tanquecitos, ¿usted se imagina? Ahorita ya tiene 15 días que vino la pipa. Ya no tengo nada ahorita, ya cualquier cosita”, lamenta.
Ante la sequía, también hace trabajos de albañilería.
En un antiguo Tsuru rojo carga algunos botes por si en sus recorridos encuentra alguna toma de agua que pueda ayudarle a él y a su novia, con quien vive en el poblado a 18 kilómetros del centro de Galeana.
