Han transcurrido 10 años de que Ernesto Efraín Vidal Flores desapareció de su domicilio el 10 de abril de 2011, pero para Ernesto Vidal Negrete, su padre, representa la onceava ocasión en que no verá a su hijo en la mesa, compartiendo la cena de navidad. Su único deseo: que vuelva a casa.
De acuerdo con el recuento sobre el hecho, el joven de entonces 27 años fue invitado por un amigo a Santiago, municipio cercano a Monterrey, en Nuevo León, y de ahí no se volvió a saber más de él. El oriundo de la colonia Mitras, en la capital neoleonesa, no volvió a su hogar desde entonces.
Don Ernesto, quien fue entrevistado por un medio local, afirmó que las autoridades ya no siguieron indagando y que ya no dieron más resultados: “No sé por qué motivos no le han dado continuidad al caso de mi hijo”, manifestó en primer lugar. “Tiene tres años que no voy a la fiscalía. Cuando mi hijo desapareció, estaba de procurador el licenciado (Adrián de la) Garza”.
De forma reciente, en Nuevo León se han resuelto varios casos de hombres y mujeres desaparecidas que, en algunos de ellos, han terminado localizando los restos mortales. El más divulgado por los medios: el de Debanhi Escobar Bazaldúa.
Pero don Ernesto expresó que el extravío de su hijo no ha tenido la misma cobertura que los demás, por lo que manifestó que espera que su problema sea atendido de la misma forma y que, incluso, intervengan las autoridades federales.
“Todas las instancias que hay en Monterrey, llámese Comisión Estatal de Víctimas, Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Derechos Humanos y Concentración Social, han hecho oídos sordos de un padre atribulado”, se quejó el padre.
Este 25 de diciembre, mientras que muchas familias, no solo de Nuevo León, sino de todo el país, se preparan para celebrar la navidad en armonía, en el hogar de Ernesto Efraín Vidal Flores aún hay caras largas por su ausencia y sus parientes solo piden una cosa en estas fechas: que reaparezca.
Redacción web
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