La repartición de la cartilla moral que el gobierno federal hará en iglesias evangélicas preocupa a activistas y ministros de culto, quienes perciben tintes políticos en el cuadernillo con el que la presidencia de la república prevé retomar principios éticos.
Óscar Moha Vargas, presidente de la asociación Libertad y Dignidad, consideró que la distribución del documento no traerá un cambio real a la sociedad mexicana. Además, cuestionó la disponibilidad de los feligreses para, a su vez, entregarlo a la sociedad.
“No sé si esté dispuesta la gente de las iglesias a hacer un trabajo que le corresponde al gobierno, por el que no tendrán ninguna remuneración”, señaló.
No obstante, reconoció que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha logrado atraer a los partidarios de esa religión con su retórica.
“AMLO ha incluido al sector cristiano de manera inusual, institucional, en su proyecto personal a corto y largo plazo, dándole juego político”, apuntó.
Por su parte, el pastor evangélico Ismael Rueda, director del proyecto Interiglesias de Hidalgo, consideró que el acercamiento del mandatario con la feligresía puede obedecer a intereses políticos, pues esta desconoce el documento y las intenciones de quienes lo promueven.
Arturo Farela Gutiérrez, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), quien se ha reunido con López Obrador en Palacio Nacional, será el encargado de distribuirla en los 7 mil templos afiliados a su organización, según un informe de actividades del equipo encargado de redactar el documento.
DATO
Farela Gutiérrez afirmó que el presidente lo invitó a pregonar la cartilla moral de Reyes Heroles
Ommar Ayala I Pachuca
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