Óscar Javier Muñoz Aguilar cumplirá, en tres meses, 13 años en la búsqueda de su hijo del mismo nombre, quien desapareció el 28 de noviembre de 2008, entre los límites de Mineral de la Reforma y Pachuca.
En cada jornada, tiene la esperanza de hallarlo, pero en su caminar ha presenciado situaciones desgarradoras y no quisiera encontrarlo dentro de una fosa.
“A veces vas con la esperanza, pero después dices: no, aquí no quiero encontrarlo. Para nosotros es difícil porque tenemos sentimientos encontrados cuando vamos a esas búsquedas, porque por un lado sí queremos encontrar, pero por otro lado no, no quiero hallar a mi familiar aquí”, mencionó en entrevista con Criterio.
Dos años después de haber visto por última vez su hijo, fue detenido un hombre implicado en la desaparición forzada de Muñoz Cortés, quien declaró haber participado en su ejecución en la carretera hacia Real del Monte.
Por lo que el padre recorrió la zona, junto con personal de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), sin hallar ninguna pista de su hijo.
“Por primera vez caminé toda esa cañada, junto con trabajadores que metí, con palas y picos. En aquella ocasión vino un binomio canino de la Policía Federal, revisamos un desagüe de la carretera y no encontramos nada. De ahí hasta abajo, yo solito andaba con mi machete y mi pala. Después fui con trabajadores de un familiar de mi esposa que me prestó a su gente, limpiamos todo y no encontramos nada. Toda la subida del Real (del Monte) ya la limpiamos”, sostuvo.
Después de años de buscar solo, Óscar Javier comenzó a acompañar a familiares desaparecidos en otras entidades del país.
La última brigada fue en abril pasado, en Guanajuato, donde recorrieron los centros penitenciarios de Irapuato y Celaya, así como el Servicio Médico Forense (Semefo), de León.
Relató que las búsquedas con colectivos de víctimas “son pesadas. Llevan picos, palas y una varilla larga y puntiaguda, la cual meten a la tierra y al sacarla la huelen para detectar si hay algún rastro fétido en el subsuelo, que podría delatar la presencia de algún cuerpo humano enterrado”.
Los lugares, abundó, los eligen de acuerdo con la información local que tienen, debido a que en algunos casos hay quienes de manera anónima les indican que vayan a buscar a un lugar determinado porque saben que ahí mataron a personas o las enterraron, lo cual, dijo, hasta el momento no se ha presentado esa situación en Hidalgo.
“Hasta ahorita no hemos podido ubicar un punto de búsqueda donde nos digan que vamos a encontrar algo, no hemos podido tener esa información para hacer nuestras búsquedas en la entidad”, subrayó.
En la entidad han realizado jornadas con la Comisión de Búsqueda de Personas estatal (Cbpeh), con el personal y equipo “sofisticado” con el que cuenta la dependencia, pero, señaló, que, hasta el momento, no han tenido resultados favorables cuando las víctimas asisten.
Recordó que una de las últimas jornadas de rastreo, que realizaron con el organismo estatal, fue en julio en Tula, donde recorrieron las calles del municipio dejando hojas de papel con información de sus familiares desaparecidos.
El padre de Óscar, quien lleva 13 años desaparecido, hizo un llamado de solidaridad a la ciudadanía en dar información si saben algo sobre el paradero de su hijo o de alguna persona no localizada, con la aportación de datos de algún lugar donde puedan buscar a sus familiares.
De acuerdo con las cifras nacionales, en el país existen registros de más de 91 mil personas de las que no se tiene rastro.
Giovanny Flores I Pachuca
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