El Congreso de Hidalgo aprobó un exhorto a varias autoridades tanto del nivel federal como estatal para que implementen acciones para encontrar una solución a la problemática de escasez de agua que tiene actualmente la laguna de Metztitlán.
El acuerdo económico establece solicitar a la Comisión Nacional de Agua (Conagua) que, en el ámbito de sus atribuciones, pueda combatir la falta de líquido en la laguna mencionada, así como al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático para que investigue en el territorio para conocer la problemática y pueda emitir recomendaciones a las autoridades locales.
De igual forma, en el documento se pide que se realicen investigaciones al Instituto Mexicano de Tecnología del Agua en materia de gobernanza del líquido para proponer una política que dé solución a la crisis, además de que a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) para que instaure un programa para recuperar los ecosistemas naturales de la laguna de Metztitlán.
También se incluyó a la Secretaría de Turismo local, para que, una vez que se recupere, se impulsen estrategias para que se generen empleos y desarrollo derivado de la atracción de visitantes.
De acuerdo con datos presentados en la iniciativa, la laguna de Metztitlán se encuentra entre los municipios Metztitlán y Eloxochitlán y abarca una superficie de 3 mil 230 kilómetros cuadrados, en donde se almacenaban aproximadamente 326 mil metros cúbicos de agua destinada para uso agrícola, ganadero, pesca y asentamientos humanos. Sin embargo, tras una sequía que se generó este año, el mencionado cuerpo hídrico quedó sin agua, lo cual fue atribuido por asambleístas a la falta de lluvia y a las altas temperaturas.
Irving Cruz | Pachuca
Un olor fétido, combinado con color sepia y un ambiente desolador, en eso está convertida hoy la laguna de Metztitlán, ante el estiaje que la secó en su totalidad.
Las palabras se quedan cortas para expresar el ambiente que se percibe en el cuerpo de agua, que algún día fue visitado por miles de turistas, quienes la navegaban en lanchas coloridas.
Hoy, la sequía lo convirtió en un lugar desolado, rodeado de montañas que solo tienen las marcas de la humedad que hasta hace unos días las cubrió.
Lo que un día fue recorrido por embarcaciones pequeñas ahora fácilmente es transitado por camionetas ocupadas por curiosos, que van a comprobar las imágenes que parecían de una película del fin del mundo y que circularon desde el pasado lunes en internet.
En ellas se observó cómo miles de pescados saltaban en un intento de buscar agua, ya que la mínima que había escapaba poco a poco, al igual que su vida.
Tres días después, mediante un recorrido, Criterio constató que miles de pescados quedaron sin vida en el lugar, en un rincón que emana un olor perceptible a kilómetros.
Con un difícil acceso, de terracería en su mayor parte, y tras más de una hora de caminata en la que en todo momento el olor lastimaba la nariz, el camino termina en una parte que parece ser la más honda, en donde quedaron todos los peces en su afán por buscar agua para sobrevivir.
Algunos sin ojos ni entrañas; otros, aún enteros pero en estado descomposición, cubren toda la superficie, por lo que no hay otra opción más que pisarlos.
Además, abunda la basura: botellas, latas, garrafones y hasta ropa se puede encontrar en cada rincón; algunas, amarillas por lo vetusto de su estancia, pero aún sin desaparecer.
La vegetación que aún queda está a punto de esfumarse. Las ramas parecen estar en sus últimos días, crujen y se mueven con el poco viento que sopla o con el peso de los cuervos y buitres que abundan en la zona y que cantan al pasar de los caminantes.