La publicación de un video del Gobierno de Hidalgo, presentado como un tutorial para aprender a bordar los populares tenangos, inquietó a las artesanas de Tenango de Doria, municipio del que provienen, pues esta difusión, consideraron, alienta la piratería y mal uso de sus productos.
Los “Tenangos Bordados de Hidalgo” son marca registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) desde 2014, a favor de la comunidad, por lo que la incorporación reciente de sus diseños en prendas, mobiliario o productos de firmas como Nestlé, Mango, Carolina Herrera o Louis Vuitton ha provocado descontento generalizado.
Además, pobladores de la sierra Tepehua-Otomí, que en esta temporada sortean la crisis económica por la pandemia de Covid-19 con la comercialización de tapabocas bordados, aseguran que en la Ciudad de México y otras entidades del País ofrecen cubrebocas de Tenango de Doria, sin serlo.
“Tememos quedarnos sin trabajo, porque la gente está aprendiendo a bordar para luego comercializar la artesanía como si fuera de aquí, y no lo es”, expresa a REFORMA la cooperativa Hyadi Njü.
Kenia Montiel, subsecretaria de Participación Social y Fomento Artesanal de Hidalgo, fue quien presentó el pasado 15 de mayo en Twitter el tutorial.
“¿Se imaginan en la distancia ser capacitadas para bordar tenangos, con tutoriales hechos por nuestras artesanas de Hidalgo?”, compartió entonces.
Ante este mensaje, y el anuncio de Montiel en la prensa acerca de la participación de diez artesanas que transmitirían sus técnicas para bordar y pintar, cooperativas no contempladas cuestionaron la decisión.
Tenangos Më M’onda, por ejemplo, advirtió en Facebook que esta tradición no se reduce a una técnica, pues es reflejo de una cosmovisión: “Nuestros tenangos no se aprenden en un tutorial, sino viviendo en nuestra región (para) plasmar nuestra vida, costumbres y todo lo que nos rodea: una vida de práctica cotidiana”.
https://www.facebook.com/participacionsocialyfomentoartesanal/videos/719616055480312/
En entrevista, Montiel replantea: “No es una serie de tutoriales sobre aprender a bordar tenangos, sino una serie de videos que muestren el esfuerzo y dedicación que las personas artesanas realizan no sólo con los bordados de Tenango, sino con las diferentes ramas artesanales del estado”.
“Iniciamos con el bordado de Tenango, pero también hemos emitido la elaboración de cestería del municipio de Tecozautla y estamos preparando videos de otras ramas como la elaboración de juguetes de madera y, el siguiente, la platería”, dice.
Esta iniciativa, que otorgó apoyo en especie (material de bordado) para la autora del tutorial, se alinea con los propósitos del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), indica la funcionaria estatal.
“El objetivo es fomentar el consumo local a través de hacer visible el trabajo, dedicación y corazón que pone cada persona en sus creaciones y los procesos artesanales que tiene. Nuestros artesanos y artesanas son verdaderos artistas que plasman su cultura en cada pieza que elaboran”.
Guillermo Pous, experto en derechos de autor y conexos, asegura que la marca colectiva de Tenango de Doria está registrada para ciertos productos y/o servicios y sólo sus titulares pueden aplicarla a estos.
Se incurriría en una violación si se comercializaran tenangos originales sin serlo y, en tal caso, podrían iniciar una acción administrativa en el IMPI por infracción de marca, o incluso los consumidores ante la Profeco, pues al comprar el producto habrían sido engañados.
Pero el referido tutorial, considera, puede hacerse sin contravenir la legislación.
Y, sobre el registro de marca, agrega: “Una cosa es que se reproduzca un bordado, con colores y figuras muy semejantes o típicas de la zona, y otra cosa es que se ostenten como efectivamente de la zona.
“Las artesanas pueden oponerse a que alguien ostente un producto como original u originario y lo presenten como elaborado por estas personas o que, sin ostentarlo como tal, traten de vincularlo para crear una confusión, no así que exista la reproducción de esos diseños o de esas figuras o con esos colores”, puntualizó.
Para la cooperativa Hyadi Njü, sin embargo, es claro que el tutorial contraviene, pues hace públicos procedimientos de bordado heredados de generación en generación, propiciando su posible comercialización en cualquier lugar como “tenangos”.
“El resultado”, señalan, “no sólo es la pérdida de mercado, sino también el regateo, pues los compradores aseguran que en los lugares donde se replican son más baratos”.
Piden rectificar reforma a ley de autor
El abogado Guillermo Pous calificó de “malograda” a la reforma a la Ley Federal de Derechos de Autor (LFDA) del pasado enero en lo referente a las “Culturas Populares y las Expresiones Culturales Tradicionales”, nombre que se otorgó al capítulo dedicado al tema.
“Fue una reforma a medias, una mala reforma. Antes de ésta solamente existía la obligación de mencionar al grupo cultural del cual provenía el producto o al cual se hacía referencia, de lo contrario era una violación”, explicó.
Ahora, contrastó el experto, en esta “malograda reforma” se indica que se debe tener la autorización del pueblo o comunidad titular.
“Esto nos lleva a realizarnos, de inicio, dos preguntas básicas: ¿Quién ostenta y por qué la representación de tales comunidades para decidir si se debe o no otorgar una autorización? Y, ¿las sanciones serán exclusivamente infracciones en materia de derechos de autor (Artículo 229 de la LFDA), infracciones en materia de comercio (Artículo 231) y cabrán los delitos (Artículo 424 del Código Penal Federal) en caso de ‘transgredir’ tales ordenanzas de ser el caso?”, apuntó el fundador de Pous Abogados en el suplemento T-MEC publicado en abril pasado por este diario.
Rectificar la reforma requeriría primero establecer los lineamientos que la motivaron y, a partir de estos, modificarla, aconsejó.
Yanireth Israde Gonzalez
Agencia Reforma
