Los astronautas estadounidenses Doug Hurley y Bob Behnken arribaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) ayer tras el primer despegue espacial por una empresa privada.
En órbita, Behnken y Hurley probaron el sistema de control ambiental de la Crew Dragon, los monitores y controles y los propulsores para maniobrar.
Asimismo, revisaron el sistema autónomo de acoplamiento durante la aproximación a la estación espacial y pasaron a ser miembros de la tripulación de la EEI.
En ese puesto remoto en órbita, continuarán con las pruebas en la Crew Dragon, además de otras tareas relacionadas con la estación espacial.
Además, el objetivo de esto es que estén controladas por el sector privado o tenga oportunidades en las operaciones espaciales de rutina, que se llevan por encima del planeta y que el transporte habitual de tripulación y carga lo gestionen compañías como SpaceX.
Actualmente, se reconoce que el enfoque de SpaceX para el desarrollo de la tecnología de cohetes y cápsulas ahorró a la NASA miles de millones de dólares cuando se compara con los estándares de adquisición de antaño.
Esto debería liberar recursos financieros que se pueden dirigir a la tarea mucho más compleja y costosa de llevar a los astronautas a la Luna.
Los hombres ascendieron a la plataforma en órbita después de su lanzamiento en un cohete Falcon-9 desde el Centro Espacial Kennedy de Florida el sábado.
La tripulación de la NASA ahora viaja en una cápsula Dragon suministrada y operada por una compañía privada, SpaceX.
Redacción web
La empresa norteamericana SpaceX envió ayer desde Florida, a dos astronautas de la NASA al espacio, y acabó con seis décadas de monopolio estatal en los vuelos tripulados; además, dio a Estados Unidos un nuevo medio de transporte espacial por primera vez en nueve años.