Un grito desgarrador de Novak Djokovic rebotó en el Arthur Ashe Stadium que celebraron unos cuantos aficionados virtuales desde la Fan Cam que se instaló en el estadio más grande de tenis en el mundo, que ayer celebró el Abierto de Estados Unidos sin público por primera vez en su historia.

El rastro sonoro en la pista se produjo después de que el actual número uno del mundo en la rama varonil cerrara el segundo set después de 59 minutos en esta manga ante el bosnio Damir Dzumhur, 109 del mundo. A partir de ahí, la inercia positiva lo acompañó para vencer por 6-1, 6-4, 6-1 en la primera ronda del torneo neoyorquino.

“Es pese muy bien y las cosas se empezaron a complicar, es uno de los jugadores más rápidos del tour. Eres profesional y quieres ganar el partido y hay mucha intensidad.

“La USTA y la ATP trabajaron duro para asegurar que los jugadores pudieran competir. Eso era lo que queríamos, lo que extrañamos por 6 meses y y finalmente estamos en el estadio más grande del tenis y feliz de estar de regreso”, expresó Djokovic ante un micrófono instalado y con cubrebocas puesto.

La organización del torneo recreó el ambiente de los aficionados con cámaras alrededor de las pistas con afortunados fanáticos mirando el encuentro desde sus casas. El cubrebocas fue la principal prenda entre los jugadores, las atajadoras, los atajadores, las jueces de línea y los jueces de línea. No faltaron los apoyos simbólicos ante las protestas de racismo en algunas gradas con la consigna “Black Lives Matter”.

El serbio viene de ganar el fin de semana el Masters 1000 de Cincinnati, sigue invicto esta temporada con marca de 24-0 y en medio de las controversias por la nueva asociación de jugadores que encabeza buscará su Grand Slam 18 y cuarto US Open en un torneo inédito.

Sin público y con su equipo en las gradas, Djokovic envió amor con su tradicional festejo a cada ángulo del Estadio.

Yarek Ariatna Gayosso Vázquez I Agencia Reforma