El astro egipcio Mohamed Salah, campeón con el Liverpool en el Mundial de Clubes, fue galardonado ayer tras la final ganada por su equipo ante el Flamengo con el Balón de Oro del torneo que lo acredita como mejor jugador.

Y eso que se fue de Doha sin haber anotado un solo gol, por los dos que se apuntó su compañero Roberto Firmino, que fue elegido como mejor jugador de la final.

El Balón de Plata fue para el brasileño del Flamengo Bruno Henrique, y el de bronce, para el brasileño del Al-Hilal saudita Carlos Eduardo, cuyo equipo perdió el duelo por el tercer puesto con el Monterrey.

Los máximos goleadores del torneo fueron Baghdad Bounedjah y Elhouni Al Masry, ambos con tres goles.

AFP I Doha