Los protocolos para la seguridad de los estadios existen desde hace años, pero parecen “letra muerta” ante la batalla campal del sábado en el Estadio Corregidora de Querétaro.
Desde 2012, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) cuenta con el Reglamento de Seguridad para Partidos Oficiales, y a partir de 2015 con los Manuales Generales de Seguridad y Protección Civil “Estadio Seguro”.
El primero es un compendio de tareas y obligaciones en materia de seguridad y protección civil que deben cumplir todos los clubes y “organizadores de partidos”.
Establece, por ejemplo, que deben solicitar a las autoridades el cumplimiento de medidas preventivas y operativos para antes, durante y después del partido.
Asimismo, contar con todas las medidas de seguridad para prevenir incidentes en tribunas, pasillos, túneles y vestidores, y disponer de un sistema de videovigilancia adecuado.
Otras son prevenir la invasión del público a la cancha o terreno de juego antes, durante y después del partido, y contar con planes de emergencia actualizados y certificados.
Ninguna de estas disposiciones fue cumplida cabalmente durante el juego entre Gallos y Atlas, que terminó en una gresca dentro y fuera del estadio, con saldo de 29 lesionados.
En el caso de partidos de alto riesgo, para los cuales debe existir un catálogo elaborado por la FMF en coordinación con los Clubes, se deben tomar medidas adicionales.
Entre ellas, el “refuerzo masivo” del servicio de seguridad en las entradas y salidas de las tribunas, en la zona interior alrededor del terreno de juego y entre grupos de aficionados.
“Los Clubes tienen la obligación de entregar a la FMF al inicio de la Temporada, el padrón de credencialización registrado de las porras y/o Grupos de Animación reconocidas”, agrega.
“Dicho padrón deberá contener por lo menos fotografía, huella digital, clave única de registro de población (CURP) y dirección del integrante”.
Cada Club también tiene la obligación de contar con un “Reglamento Interno de Grupos de Animación y/o porras oficialmente reconocidos”.
En los Manuales de “Estadio Seguro” se contemplan medidas adicionales relacionadas con la seguridad de los inmuebles.
Por ejemplo, se debe dar equipamiento necesario a los agentes dependiendo del tipo de riesgo del partido, y tomar acciones para control de multitudes y servicio de emergencia.
“Se recomienda a los organizadores que en los partidos deben estar presentes, en el interior del Estadio, al menos 2 elementos de seguridad por cada 100 aficionados”, indica.
“Las autoridades en materia de Seguridad Pública en cada entidad serán las responsables de definir el número de elementos adicionales de apoyo de acuerdo con las condiciones de riesgo del encuentro de fútbol”.
Incluso, los clubes locales deben presentar el plano de ubicación dentro del Estadio de los “grupos de animación” y establecer un control de vigilancia especial sobre ellos.
“Si las personas en actitud agresiva cometieron un acto ilícito o infracción administrativa, los policías detendrán a los probables responsables y se coordinará su inmediata puesta a disposición ante la autoridad correspondiente y activarán los servicios de emergencia para el caso en que haya lesionados o siniestro”, indica el Manual de Seguridad “Estadio Seguro”.
“Ante la ocurrencia de un fenómeno perturbador, el miembro de la Policía informará de inmediato a través de las frecuencias operativas autorizadas o cualquier medio a su alcance, la situación de la emergencia, solicitando el apoyo necesario de los equipos especializados, en coordinación con las Procuradurías de Justicia locales y las autoridades en materia de Protección Civil”.
El sábado, la reacción de las corporaciones fue tardía y no hubo ningún detenido a pesar de la presencia de policías y agentes privados.
Antonio Baranda
Agencia Reforma
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