Alejandra Orozco volverá a México con una medalla de bronce y la motivación a tope tras concluir sus terceros Juegos Olímpicos.

La clavadista tapatía cerró su participación en Tokio 2020 con un sexto lugar en la plataforma de 10 metros individual.

Tiene apenas 24 años y su corta edad contrasta con su vasta experiencia, un factor que además de su capacidad, constancia y tenacidad, le ha permitido convertirse en doble medallista olímpica.

Primero en Londres 2012 y ahora en Tokio 2020 logró subir al podio, ambas en la prueba de 10 metros sincronizados, siendo una niña de 15 años junto a Paola Espinosa para una plata; y el bronce al lado de Gabriela Agúndez, quien arañó la presea individual al ubicarse cuarta.

Las dos, bajo la tutela de Iván Bautista, uno de los entrenadores más exitosos en la historia del deporte mexicano.

“Feliz, agradecida, bendecida, satisfecha y motivada. Gracias a todos por su apoyo y su cariño. Tokio 2020 me dejas con grandes recuerdos… es hora de volver a casa”, fue el mensaje de Orozco en sus redes sociales.

La saltarina jalisciense comenzó a vibrar en la plataforma desde pequeña. Esa inquietud por la adrenalina la llevó a ponerse a prueba en las alturas y desde entonces, hizo de los clavados su estilo de vida.

Son cerca de 15 años en los que Alejandra dedica gran parte de su vida en tirarse a la alberca.

Han sido largas horas de preparación, disciplina y cuidados las que se han visto reflejadas en esas dos preseas olímpicas que ahora tiene, además del oro y el bronce que también ganó en los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014.

Orozco se mantiene como una de las cartas fuertes de México y su futuro apunta a buscar un tercer podio en París 2024.

Citlalli Medina
Agencia Reforma