Karla Marlene Guzmán Viniegra es una figura del voleibol hidalguense que ejerce una doble faceta en las duelas y en casa con su pequeño Dylan, dando el cien por ciento en ambas.

Con una doble personalidad en la cual hace gala de su responsabilidad y compromiso, Karla Guzmán es una de las tantas mamás atletas que se han convertido en modelos a seguir, al romper esquemas y abrir brechas en el mundo deportivo, marcando un equilibrio y equidad que son sinónimo de amor, orgullo, reconocimiento, éxito, ejemplo, perseverancia y disciplina.

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Cuando llegó su pequeño a su vida, Karla compartió que afrontó este nuevo reto de cumplir en ambas facetas para estar en la vida de Dylan Guzmán y también continuar con pasión en las duelas. “Es complicado, pero siempre hay una recompensa; porque disfrutas más el esfuerzo de siempre estar ahí y disfrutar la compañía de tu hijo”, manifestó en entrevista con Criterio.

Sin embargo, el camino no ha sido sencillo, pues los primeros años decidió dedicarse de lleno a Dylan, esperando el momento en que no tuviera tanta dependencia y, paulatinamente, trabajó en su retorno a las duelas.

“Cuando fui mamá lo puse en espera (jugar voleibol), pero cuando Dylan tenía tres años, lo volví a retomar”, comentó Karla.

En la mayoría de casos, la maternidad tiene un papel muy importante, pues genera un lazo sublime de motivación e inspiración en las atletas que alternan la actividad en sus disciplinas y su vida diaria, por lo que su regreso a la actividad deportiva lo vio como un nuevo comienzo, empezando desde cero.

“Fue complicado, porque cuando regresas, piensas que tienes la misma agilidad de antes, pero no; estar alejado te afecta de cierta manera”, agregó.

La presencia del pequeño Dylan Guzmán en algunos de sus partidos también se ha convertido en una motivación para Karla.

“Es una gran motivación, el que me vea y diga ‘Vamos mamá, tú puedes’, ‘Sí, haz un punto’”, señaló la atleta, quien reconoció que vive con una inmensa alegría cuando su hijo decide acompañarla.

En contraste, también el estar ausente y alejarse en sus días de encuentro es una etapa complicada; sin embargo, destacó y agradeció el apoyo de sus papás por estar con él.

A Guzmán Viniegra le ilusiona que Dylan siga sus pasos en las duelas; sin embargo, en caso de que él decida encaminarse a otro deporte o, incluso, otra actividad, tendría su respaldo para impulsarlo a que cumpla sus sueños.

“Cada quien es libre de elegir lo que le guste; si a él no le gustan las actividades deportivas, si le gustan más las actividades artísticas, lo apoyaría”, enfatizó.

El andar de Karla Guzmán en las duelas se dio siguiendo el ejemplo de su hermana, a quien también acompañaba en sus entrenamientos, mientras ella hacía su tarea en las gradas; no obstante, recibió la invitación de bajar a la duela y unirse al voleibol.

Desde su primera experiencia, supo que este deporte había llegado a su vida para quedarse, aunque también probó el tocho bandera y la natación.

Con el tiempo, fue tomando el nivel que la llevó a ser parte de procesos oficiales de la extinta Olimpiada Nacional, compitiendo y ganando los selectivos estatales que la llevaron a los regionales.

También fue parte de los combinados de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), llegando igual a las antesalas de las Universiadas Nacionales.

“Cuando regresé, comenzó la alta competencia y me gustó más; el salir, concentrarse, quedarse en hoteles y jugar. Ver el deporte de diferente manera, porque a veces solo nos enfocamos en la parte física, pero también ayuda a desarrollarte como persona”, dijo.

Finalmente, Karla Guzmán mencionó que antes de convertirse en madre, los triunfos iban dedicados a sus familiares, amigos o entrenadores, pero ahora el festejo principal va dirigido hacia su hijo.