Los famosísimos reventadores del estadio Azul volvieron al ataque, pero esta vez el blanco de sus punzantes dardos no fue el técnico cementero en turno, hoy día Pedro Caixinha.
El pasado sábado en el moribundo inmueble de la colonia Noche Buena me quedó muy, pero muy claro que al aficionado al futbol no se le va una y es por ello que los seguidores cementeros trajeron finto a Daniel Alcántar en su debut como timonel de los maltratados Lobos BUAP.
Y todo a raíz del escándalo que se armó en la semana por la supuesta traición a Rafael Puente, de quien era su auxiliar.
Por eso, después de que cayó el gol de Édgar Méndez y ya cuando la algarabía había pasado, no faltó quien gritara “‘Boritaaa’… Puente gritó el gol, culero”.
Este no fue el único recordatorio para el técnico, a quien muchos ven como un Judas y más luego de que la televisora donde Puente Jr. fungía como analista le haya dado muchísima bola a ese tema.
“¿Quéee se siente ‘Borita’? Ya ves que no es lo mismo estar ahí (señalando al asiento de la banca) que adelante, cabrón”.
El único que le “ayudó” al pobre “Borita” para que lo dejaran en paz fue Carlos Peña, pero no porque sea el defensor de las causas perdidas sino porque apenas se levantó de la banca a calentar, uno que otro aficionado concentró su atención en el futbolista, pidiéndole a gritos a Caixinha que ya metiera al “Gullit”; con el único detalle de que los que le echaban porras al volante cruzazulino le iban a Lobos BUAP.

El alineado
Apenas llegó a la MLS y Carlos Vela ya tuvo que cambiar sus formas.
Ustedes recordarán que cuando era “europeo”, Carlitos se ponía sus moños para varias cosas: que si no le gustaba la prensa, que si era un pecado mortal solicitarle una entrevista, que si el agua estaba muy caliente en la regadera, en fin.
Bueno, pues me contaron que apenas pisó El “Gabán” y enseguida le dejaron bien clarito que esas actitudes no le iban a funcionar hasta por contrato.
Al ser el jugador franquicia de Los Ángeles FC, una de las obligaciones de Vela es cumplir con la exposición mediática de la que pide su limosna la Liga.
Bueno, pues casi con piedritas le explicaron por qué era importante no esconderse y dar la cara de vez en cuando a la prensa y en los eventos sociales que organiza la MLS y sus equipos.
Evidentemente al mexicano no le quedó de otra más que doblar las manitas.
Lo que se consigue con un fajo de billetes verdes.