En Hidalgo pocas historias son contadas porque existe una cultura de la resignación a situaciones lamentables, como la explotación de trabajadores en las minas, la impunidad del porrismo durante la década de los ochenta y el caciquismo, señaló el escritor Yuri Herrera Gutiérrez.
En la presentación en la Fundación Arturo Herrera Cabañas de su libro El incendio de la mina El Bordo, que narra la muerte de 87 excavadores, un joven cuestionó al autor sobre por qué, si en Pachuca y en la entidad ocurrieron hechos relevantes, no se da importancia a su documentación.
“Coincido contigo en que el estado, la ciudad, han sido, en ciertos momentos, como una caja de resonancia o una encrucijada de algunas coyunturas importantes, pero por alguna razón no estamos acostumbrados a ser protagonistas y, como una teoría social muy superficial que yo tengo, tiene que ver con eso.
“Es la cultura de la resignación. Ha habido tantas cosas terribles que suceden sin solución, sin justicia, como lo de las minas; una de las distintas historias de violencia e impunidad es la del porrismo en los años ochenta; el hecho de que sea uno de los estados sin alternancia política, la persistencia del caciquismo en la Huasteca, ahora con otro nombre, hacen una especie de cultura de la resignación”, dijo el escritor.
Según Herrera Gutiérrez, contar esos relatos es un trabajo de la sociedad, pues los ciudadanos están acostumbrados a aceptar la versión oficial de los acontecimientos, relacionada con los protagonistas definidos por las autoridades.
El periodista Anselmo Estrada Alburquerque y Félix Castillo El Gato Seco, quien se dedicó a la extracción de minerales, consideraron que las condiciones para quienes se desarrollan en este sector en la entidad son precarias.
Señalaron que las compañías se enriquecen con su esfuerzo, pero otorgan pensiones ínfimas, pese a las enfermedades que algunos empleados contraen por su labor.
E Estrada señaló que la obra, de editorial Periférica, rescata, a partir de un expediente del archivo histórico del Poder Judicial, la indiferencia de las autoridades en el deceso de los excavadores en la década de 1920, pues no permitieron autopsias a los cuerpos; además, hubo silencio de la prensa, que no documentó el hecho.
Marisol Flores I Pachuca
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