Llegaron las vacaciones de Semana Santa. Esa temporada que antes era dedicada exclusivamente a la reflexión y guardar la compostura. A guardar el luto por el fallecimiento de un personaje que cambió la historia de la humanidad.

Antes, el aroma de los romeritos inundaba la cocina de las abuelas, las tortitas de camarón, los charalitos rebozados, los huesitos de bacalao capeado. Las mujeres del hogar de antaño iniciaban la semana metida en la cocina con la preparación de los alimentos desde el lunes de Semana Santa para los siguientes cinco días, porque en Jueves Santo y Viernes Santo se guardaba un verdadero luto.

Las familias se reunían en la casa de la matriarca y los primos pequeños compartían juegos en el patio: que si la cuerda, que si el bote pateado, que si las traes… Gran parte de esto que escribo forma parte de mis recuerdos de niñez, así lo viví muchos años en Texcoco, Estado de México, de donde soy originario.

Pero el tiempo ha cambiado, los años y las tradiciones ya no son las mismas. Semana Santa ahora significa ver a Hidalgo lleno de turistas, de quienes se espera que dejen una buena derrama económica para los diversos proveedores de servicios en los múltiples corredores turísticos de la entidad.

Así, de acuerdo con medios nacionales, hasta este martes en la Caseta México-Pachuca ingresaban 15 vehículos a la capital del país por cada 35 que salían hacia Pachuca, cada 60 segundos.

Ello significa que se espera una buena visita de paseantes a los distintos puntos de esta tierra rica. En el Valle del Mezquital, los prestadores de servicios turísticos de balnearios de aguas termales se declararon listos para recibir a los visitantes, cuya mayoría proviene de Ciudad y Estado de México.

En el Corredor de la Montaña, se espera que los turistas visiten los Pueblos Mágicos de Real del Monte, Huasca de Ocampo y Mineral del Chico, este último afectado recientemente por un gran incendio que se suma a otros cuatro que hasta ayer se mantenían activos en la entidad, según el gobierno estatal.

Y es aquí donde vienen las recomendaciones: si salimos, hay que evitar dejar fogatas encendidas, evitar arrojar colillas de cigarros y evitar dejar botellas de vidrio tiradas, porque, con las temperaturas que se registran, podrían generar el efecto lupa y provocar un incendio.

Hay que ser responsables en estas vacaciones para quienes tienen la oportunidad de salir de casa a distraerse de las actividades cotidianas. Y ello también implica evitar el beber en exceso y tomar un vehículo para conducirlo a los distintos destinos.

Es bien sabido que durante esta temporada de vacaciones los accidentes se incrementan. Ya sea por la imprudencia de quienes no miden las consecuencias de sus actos o por descuidos.

Y por supuesto que, en los hogares, para quienes se quedan a descansar, también se deben tomar las precauciones necesarias, como evitar que los niños jueguen cerca de la estufa o de recipientes con agua caliente o fría y mantenerlos vigilados en todo momento.

Sí, es una temporada de reflexión para unos y un tiempo de esparcimiento para otros. Cada uno, como puede y a su manera, pero siempre hay que tener vacaciones con responsabilidad.

SU CINTO: Un reconocimiento a las organizaciones de la sociedad civil que se han sumado al apoyo en la sofocación del incendio en Nicolás Flores, quienes han solicitado apoyo en especie para poder seguir en el combate contra las llamas. Unidos somos más. Si podemos ayudar, hagámoslo.