Cuando Roberto se dio cuenta de la humareda le entró el miedo y preocupado comenzó a enviar mensajes por Whats App a sus vecinos, alertándolos del inicio de un incendio.

Conocedor de la zona Roberto sabía que la sequia de los últimos años, la falta de lluvia y los vientos de hasta 70 kilómetros no ayudaban en nada.

No habían pasado ni 30 minutos cuando el fuego se comenzó a extender en la comunidad y las brigadas de vecinos se organizaron de inmediato.

Como hormigas por las veredas, iban llegando voluntarios de diferentes localidades, todos armados con palas y picos, dispuestos a enfrentar cara a cara al fuego con tal de defender al bosque que tanto trabajo les ha costado cuidar.

¡Manos a la obra, o mejor, al incendio!

Cuadrillas de 10 a 15 elementos se organizaban y en vehículos todo terreno se iban acercando a la zona del fuego, mientras otros acercaban garrafones con agua para llevarles a los brigadistas para que soportaran las rudas jornadas de combate al fuego.

Era impresionante la capacidad de organización de los hombres del campo que incluso se iban rotando para no agotar a los voluntarios.

Poco a poco se fueron sumando elementos del Ejército mexicano, la Comisión Nacional Forestal, Protección Civil estatal y de los diferentes municipios así como elementos de Seguridad Pública, todos con un solo objetivo, que el fuego no se saliera de control.

Y mientras el pueblo se las arreglaba para una vez más dar la cara a la contingencia, ellos mismos comentaban que las actividades preventivas que antes se realizaban, como las brechas cortafuego, ya de plano eran cosa del pasado.

Según estadísticas de la Comisión Nacional Forestal el último año que esta dependencia tuvo un presupuesto cercano a los 7 mil 500 millones de pesos fue en 2016 y de ahí fue bajando, ya en 2023 solo se destinaron 2 mil 500 millones para la operación de todo el país y los incendios van al alza y sin lana, con una reducción de personal, las labores preventivas para enfrentar a los incendios fueron menores y ahí estan las consecuencias.

Al parecer a nadie de los responsables les importa prevenir que los bosques no sufran daños, sobre todo ahora con la sequía tan prolongada, la falta de lluvia y la tala inmoderada lo cual estan provocando que los incendios sean más frecuentes y agresivos.

¿Neta les vale madre lo que ocurre con relación a los incendios forestales?

Todo parece indicar que sí.

Y los gobiernos estatales hacen lo que pueden con buena voluntad y muchas ganas, pero…

Ambientalistas aseguran que en nuestro país no se le da el valor a los ecosistemas forestales y esto se debe al desinterés político que se refleja en las asignaciones presupuestales o lo que es lo mismo les valen
una chingada.

Los dineros que se asignan a los diferentes rubros son muestra de si les importan o no y a la Conafor, que históricamente ha demostrado tener los elementos y recursos para el cuidado del bosque, los ven como apestados e incluso se sabe que si algunos trabajadores se retiran, ya sea por jubilación o cansados de que los ignoren, esas plazas ya no se vuelven a ocupar y entonces además de menor recursos también disminuyen los recursos humanos.

Total, que se chinguen los bosques, lo importante es mandar la lana a otros proyectos que en ocasiones han demostrado que son barriles sin fondo, pero que políticamente
son rentables.

Por lo pronto el aumento de incendios en los últimos días son una muestra de que no estamos haciendo bien las cosas y si no nos ponemos las pilas y hacemos conciencia de la importancia de cuidar los bosques, nos va a cargar la chingada.

Espero sus comentarios. @berthaalfaro Fb: bertha alfaro