En ambas tragedias, en ese entonces el subsecretario de Protección Civil, Padilla, fue rebasado por las circunstancias y por la magnitud de los eventos, lo que obligó en el caso de Tlahuelilpan a tomar las riendas al comandante Barañano, bombero con amplia experiencia y que junto con el equipo de Tula atacaron de frente el incendio logrando controlarlo para luego dejar que los peritos de la procuraduría realizaran su trabajo y apoyar a las familias en la búsqueda de personas desaparecidas por la explosión.