Son una realidad las inminentes y cada vez más frecuentes crisis climáticas producto del calentamiento global.

En pleno invierno, pasamos a tener en un solo día, todas las variantes de calor, frío, aire lluvia que no dan tregua a las enfermedades de vías respiratorias.

Pero la escasez y deterioro de la calidad en la biodiversidad ha tomado niveles de alerta. Desde 2019 Hidalgo se encuentra dentro de los estados con mayor porcentaje de estrés hídrico, lo que significa que la demanda es más alta que la cantidad de agua disponible.

A nivel nacional el acceso al agua es un problema histórico, debido a que 10 millones de personas no cuentan con ella en sus hogares, mientras que la otra parte sí tiene, pero es escasa y sucia. En Tula, hay que agregar “y contaminada”.

Pero en la zona sur de Hidalgo, especialmente en la región de Tula, a la escasez del agua y la contaminación de mantos freáticos se le añade la contaminación de suelo y aire.

Apenas en 2019, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales federal (Semarnat) declaró emergencia ambiental en Tula, Hidalgo, debido a que la contaminación del aire y el agua ha convertido a ese lugar en una zona prácticamente inhabitable.

Esta declaratoria incluiría recursos para ayudar a la restauración ecológica de los poblados y municipios más afectados, pero hoy, a casi cinco años de aquel anuncio, la declaratoria nunca llegó y el entonces funcionario del gobierno renunció meses después “por problemas de salud”.

Es muy importante que el tema se retome en la siguiente administración para intentar mitigar los daños de más de 60 años de contaminación constante hacia la región, aunado a la inclusión en la curricula de las escuelas de educación básica de materias tendientes al cuidado del medio ambiente.

El Día de la Educación Ambiental, conmemorado el pasado 26 de enero, se estableció en 1972 con la finalidad de concienciar a las personas acerca de la importancia de preservar y proteger el medio ambiente, así como incentivar su participación en las iniciativas que se están llevando a cabo a nivel mundial, para su conservación.

Es un aspecto primordial para entender la importancia de respetar el medio ambiente y contribuir a la conservación de los recursos naturales, para lograr sociedades sostenibles.

Hoy más que nunca debemos visualizar la educación ambiental en su justa y urgente dimensión ante los problemas globales del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la crisis y contaminación de agua, suelo y aire, aunados a la crisis alimentaria, provocan que desde todas las trincheras tengamos que actuar en torno a su solución.

Debemos de impulsar, desde la infancia, herramientas de capacitación y de conciencia social para que cualquier persona pueda convertirse en “agente de cambio”. Asimismo, los patrones de producción y consumo deben cambiar hacia esquemas de economía circular.

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