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Hace (19) meses
¿Qué pasa cuando un banco quiebra?
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Para poder entender el fenómeno de las crisis bancarias, es necesario comprender previamente la estructura del balance de un banco.

Las características más relevantes en este sentido son dos problemas principales que caracterizan a una crisis bancaria, uno, es la insolvencia, y el segundo, la iliquidez. A pesar de que normalmente están altamente relacionados, conviene distinguirlos.

La insolvencia viene dada por el deterioro del valor de los activos del banco, de tal manera que le es imposible cumplir con sus obligaciones contractuales. En otras palabras, si las pérdidas sufridas por la entidad son superiores a los fondos propios de la misma, no va a poder devolver el dinero que le han dejado prestado sus acreedores.

Lo anterior puede ocurrir por varias razones. Las principales son las tasas de morosidad superiores a las esperadas y la disminución del valor de los otros activos de los que dispone el banco.

La crisis de liquidez se genera cuando los bancos se enfrentan a demasiados pasivos que vencen sin tener suficiente efectivo u otros activos líquidos para satisfacerlos, esto puede suceder si muchos depositantes deciden retirar sus depósitos al mismo tiempo, o si el banco no consigue refinanciar su deuda a corto plazo.

En principio se podría pensar que la iliquidez por sí misma no debería llevar a un banco a la quiebra, puesto que, si la entidad es solvente, con un tipo de interés adecuado, debería poder refinanciarse para hacer frente a los pagos.

En la realidad, ambos problemas suelen ir de la mano. La confianza es uno de pilares básicos de la banca de reserva, por lo que, muchas veces, las crisis de liquidez vienen dadas por crisis de solvencia (realizadas o sospechadas), es decir, cuando los depositantes o acreedores de una entidad sospechan que puede existir un problema de solvencia, tratarán de sacar el dinero que les han confiado lo antes posible para no sufrir ninguna pérdida. Si todos los individuos actúan de la misma manera se creará una corrida bancaria y el banco podría quebrar.

Por otro lado, también cabe la posibilidad de que ocurra lo contrario, es decir, como consecuencia de problemas de liquidez, que el banco se vea obligado a liquidar activos ilíquidos, haciendo caer el precio de los mismos y que, finalmente, pueda ocasionar la situación de insolvencia.

 

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