Transcurridos once años de promulgada la Ley de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y de Salvaguarda de los Derechos para el Ejercicio del Periodismo en Hidalgo, las garantías se mantienen sólo como una aspiración para los más de 300 trabajadores de los medios de comunicación en la entidad.
Cuando fue aprobada esa ley, producto de una ocurrencia del diputado agrarista Onésimo Serrano González, fue bienvenida por un amplio sector de los periodistas porque se hablaba de una norma de avanzada que tendría la posibilidad de defender esos derechos.
La inexistencia de un reglamento la inutilizó hasta el 2016, cuando una reforma no concretada la dejó en semejantes circunstancias, tal como dejo Hidalgo el exgobernador Pellizcos Olvera.
Seis años después un grupo de diputados trató de quedar bien con su jefe Omar Fayad y le vendió la idea de reformar y echar a andar esa ley; sin embargo, a ese oportunismo le faltó tiempo para fraguar la acometida.
Sigue pendiente el trabajo legislativo en torno a esta ley, que ya se volvió obsoleta ante los efectos de la globalización y los estragos de una larga pandemia, aunque los principios
del periodismo se deben de mantener.
Hace algunos días, fuimos testigos de un acto vergonzoso protagonizado por la titular de la Comisión de los Derechos Humanos, Ana Karen Parra Bonilla, que ondeó su recién arreglada cabellera en las escalinatas del edificio donde despacha, para lavarle la cara al desagradable alcalde de Mineral del Monte, Alejandro Sierra Tello.
Fue un hecho inédito que los animalistas y periodistas agredidos por los guardaespaldas del presidente municipal, tuvieron que dar un discurso donde dijeron que “se hizo justicia” al permitir que el funcionario les mal leyera un mensaje de disculpa pública.
La CDHEH finalmente encontró su vocación de mediadora de atentados graves contra la libre expresión, abriendo la puerta para que cualquiera agreda y salga con su habitual “usted disculpe”.
Pero, nunca fuimos testigos de verla en esas escalinatas dando cuenta de las condiciones en que fueron encontrados los vecinos de Ixcotla que fueron detenidos por la policía tan sólo por mantener una protesta en contra de la rapaz Minera Autlán.
Para evitar esos protagonismos rancheros, deberá ser reformada la ley que brinde la protección a los periodistas, pero no únicamente en la salvaguarda de su persona y su trabajo, sino que se inmiscuya en un acto de justicia para salvarlos de los momentos tan difíciles que actualmente cruzan.
El retiro de publicidad oficial a los medios, orilló a los propietarios disminuir salarios, prestaciones sociales o en casos extremos llegar al despido. Esta inestabilidad laboral, provocó la generación de decenas de páginas web que lejos de mostrar una mejor oferta periodística, se han perdido en la alabanza de políticos que pagan con centavos su engreída vanidad de verse en todos lados.
Es tiempo que el Ejecutivo y el Legislativo dediquen tiempo en atender esa agenda pendiente con los periodistas, —muy lejos de los acuerdos comerciales que tengan con los dueños de los medios— que les permita un crecimiento dentro de la exigencia de mejores prestaciones y de capacitación permanente.
NIMIEDADES:
Con la puesta en marcha del órgano para devolver al pueblo lo robado ¿Podremos ver de regreso La Maestranza, el edificio que alberga a la Delegación del IMSS, las 300 hectáreas de Platah, el agua de La Modelo, entre muchas más?
