¿Quién escucha al presidente? ¿Con quién se comunica verdaderamente en las mañanas? Hay un cambio en el tinte del discurso matutino y la audiencia de la conferencia. Ya no es la misma.
Han pasado 4 años de gobierno del presidente de la república y en esos cuatro años cada mañana se ha dedicado, por mas de tres horas en ocasiones, a dar una conferencia de prensa en la que en primera instancia habló de un dialogo circular.
Aseguraba que lo escuchaban millones de mexicanos y que puntualmente seguían su conferencia, porque esta reflejaba un ejercicio de información directa al pueblo, sin intermediarios, sin prensa que cobra por informar, decía.
Desde esa óptica, es fácil creer que le habla a su gente, a su base social, en más de una ocasión, en este mismo espacio aseguré que el presidente daba a sus seguidores la agenda del día y a sus adversarios la ruta de la exclusión y la descalificación.
Pero ¿Sigue siendo así? ¿Aún habla con sus seguidores en las conferencias matutinas o solo con sus adversarios?
Las conferencias matutinas han cambiado sin lugar a duda, ya no son las mismas, ahora ya hay menos informe, menos trabajo traído a la gente y más conversación con los adversarios, por decirlo de alguna manera.
Una conferencia para los adversarios parece increíble y desatinado; sin embargo, el presidente cada día es más beligerante y directo al hablar de los adversarios, en la manera de dirigirse a los medios.
“Ustedes quieren que haga todo” les dijo a los medios cuando los conmino a investigar sobre el ministro rico, del que por cierto ya no dijo nada una vez terminada la elección de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Nosotros no imponemos nada en la corte y es tan evidente, aunque no lo quieran aceptar que la presidenta Norma Piña siempre ha votado en contra de las iniciativas que nosotros hemos defendido
A pesar de ello, ha insistido en que el poder judicial se debe reformar, que esta muy mal, es un poder, señaló que le faltan ideales, convicciones y principios. Es claro que a pesar de lo que diga, su interés personal es reformar ese poder.
Ha dicho lo mismo del poder legislativo, que le sobra, que tiene de más, que hay que quitarle para que este adecuado a la transformación de la vida pública del país.
No hay en torno al ejecutivo federal, al poder que el representa, una sola mención en cuanto a la necesidad de reformarlo, lo otros dos están llenos de maldad, de oprobio, de corrupción, pero el que él representa, ahí va, ¿Sin reformas?
México es un país en el cual, el presidencialismo ha abarcado la vida pública del país, un solo hombre a determinado el rumbo de la nación, ese presidencialismo añejo y apoltronado, sigue, en la administración del presidente.
La necesidad de reformar el poder ejecutivo es una realidad que se le ha escapado a la actual administración.
Por ejemplo, en materia ambiental hace falta empezar a construir un gabinete de transición ambiental, que permita el diseño de políticas públicas de lucha contra el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la limitación de actividades económicas contrarias a la sustentabilidad y el uso de energías renovables
Sin embargo, en la conferencia matutina se escucha al presidente decir “muy poquito”, al hablar de quien es quien, en las mentiras, “ni siquiera llega a botón de muestra, para todo el bombardeo de mentiras y la guerra sucia que han echado a andar los del bloque conservador”.
La conferencia matutina ha cambiado, ahora es el escenario desde el cual se usa para denostar, siempre lo ha sido, ahora más, a aquellos que no son parte de la cuarta transformación de la vida pública del país, a decir del presidente.
Pero hay algo que es fundamental en este que es quinto año de gobierno, el presidente entro en modo campaña. Dirán los que, si saben, que el presidente siempre hace campaña, pero no, no me refiero a la simple campaña de posicionar su trabajo, me refiero a lo otro.
El presidente está, desde ahora, defendiendo la necesidad de continuidad, de mantener en alto el concepto de la 4T, pero se ha dado cuenta de algo que es fundamental, ninguno de los que ha decidido que sean precandidatos de Morena reúne el perfil necesario.
No tienen el carisma de Obrador, no tienen el arrastre del presidente. Y entonces aun cuando el se retire, lo importante es que uno este en palacio nacional, pero el que mande este enfrente.
La marcha del 27 de noviembre fue una marcha para acompañar a sus incondicionales, de los cuales saldrá necesariamente su sucesor. Y esa es una muestra de que lo veremos en el 2024, ni más ni menos. Las señales están ahí en cada una de las conferencias matutinas que a diario encabeza.
