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Hace (12) meses
Estudiantes de segunda
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En este 2023, donde la ciencia muestra un gran avance, como la robótica en la medicina, los estudiantes universitarios hidalguenses van ganando espacios que en el pasado parecían impensables, o creando proyectos que asombran incluso a jóvenes de otros países, lo que significa que, a pesar de las limitaciones, el empuje de los chavos para generar su desarrollo profesional continúa en proceso.

Es interesante cómo las universidades públicas en Hidalgo han dado un salto hacia la modernidad que en algunos casos las coloca en lugares privilegiados.

Les cuento todo esto porque, a pesar de los esfuerzos de las autoridades educativas de proporcionar mejores niveles de excelencia académica y de infraestructura, incluso en escuelas de educación básica, llama la atención que en pleno siglo XXI aún haya primarias con aulas verdaderamente deprimentes.

Es el caso de una pequeña escuela primaria multigrado de la comunidad de Tochintla, en el municipio serrano de Metztitlán, donde la voluntad inquebrantable de madres de familia los llevó a construir la primaria con tablas y cajas de leche como recubrimiento para proteger a los niños del frío.

Neta, en Hidalgo aún se dan estas condiciones de precariedad en la infraestructura educativa.
Se trata de una escuela de Conafe, del Consejo Nacional de Fomento Educativo, una instancia federal que además maneja un presupuesto muy superior a los de otros sistemas y que, en un supuesto apoyo para que los jóvenes bachilleres continúen con sus estudios, los reclutan y envían a las comunidades más alejadas para que atiendan en instalaciones precarias a grupos multigrado.

Sin duda hay estudiantes egresados de preparatoria que están capacitados para atender un grupo de educación básica, pero ¿en verdad la autoridad educativa federal supone que estos muchachos están bien preparados emocionalmente para atender a niños que esperan aprender de un maestro?

Que me perdonen esos planeadores de escritorio de Conafe que piensan que los niños de comunidades alejadas “con baja matrícula”, como elegantemente les llaman, sean los profesores idóneos, más parece que con esta educación compensatoria lo único que demuestran es el desprecio por estos pequeños necesitados de educación de calidad.

“Total, vamos a mandarle a un chavo que les enseñe lo que pueda, porque seguramente estos niños solo necesitan aprender los conceptos básicos, para después huir hacia los Estados Unidos en busca de fortuna”.

Eso, si bien les va, porque como ahora están las cosas, igual son atrapados por la delincuencia organizada, los huachicoleros o los enganchadores de jornaleros, condenándolos a otra forma de esclavitud.

Es así como la federación, en un mal llamado apoyo a estudiantes de preparatoria, se desentiende de ofrecer una educación de calidad a esos niños de las comunidades más apartadas, ignorando incluso a los recién egresados de las normales y que bien podrían ocupar esos espacios con la garantía para los padres de familia de que sus hijos van a ser atendidos por jóvenes, sí, pero que ya tienen una preparación pedagógica y no son improvisados.

¿O es que la nueva escuela mexicana borró de su lista a los niños atendidos por estudiantes reclutados por Conafe?

¿O son estudiantes de segunda?

¿O estos niños solo merecen escuelas construidas con palos y cajas de leche?

¿O de plano les vale madre la formación de esos niños?

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