El dinosaurio se diserta, agoniza. ¿Quién quiere estar en el equipo de los perdedores? Por más que ostentara el estandarte del poder muy casi cien años, las ganas de triunfar demeritan, hoy en día, enrolarse al partido que más negativos genera en nuestro estado.
Se sabe que las oficinas del Comité Directivo Estatal del PRI son ahora un elefante blanco. Cementerio de ilusiones, dirán muchos. Lo cierto es que ahora que han perdido el poder no hay dinero que alcance. Se habla de salarios caídos, falta de prestaciones, recorte de personal hasta trabajo sin paga. Y si así está el comité estatal, los comités directivos municipales son ahora un desierto; la estructura básica para llegar a los votantes, esa que por tantos años se presumió como la pesa que ejercitaba el músculo político del partido, ahora es obsoleta.
Del PAN y del PRD ni hablamos, pero el PRI parece destinado a alcanzar la pírrica política de sus ahora aliados. En el argot de la vida social se dice: “si te juntas con cuatro borrachos, tú serás el quinto; pero si te juntas con cuatro atletas, tú serás el quinto”. Si el PRI se junta con perdedores, será el siguiente perdedor, y es ese, para muchos, fue su gran error: fiarse de estructuras ajenas, casi inexistentes.
De sus activos políticos, es momento de cuestionarles su lealtad, pues algunos piensan ya en abandonar el barco, ese que encalló en las aguas de 2022, luego del huracán Morena, que, como buen fenómeno destructivo, arrasó con las esperanzas de los (pocos) priistas.
PAYASADAS: Otro botín está en disputa: el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo del Estado de Hidalgo (SUTSPEEH) luego de que se le retirara la toma de nota a Víctor Licona Cervantes. Su rival, Manlio Herrera Chagoya, ya comenzó a alzar la voz para denunciar los actos de Licona, quien no se va a dejar, pues el hueso que tanto ha roído le da para comer mejor que cualquier otro sindicalizado del gobierno.
