Hoy, nuestros corresponsales de la Huasteca han indagado sobre los estudios y méritos de varios funcionarios municipales, quienes, a decir verdad, carecen de estudios suficientes para llevar a buen puerto un gobierno.
Como ejemplo, se da cuenta de que varios funcionarios de Calnali solo cuentan con secundaria y aun así están encargados de secretarías municipales. Un ejemplo es el director de Protección Civil, Javier Melo Olguín, el subdirector de Protección Civil, Alberto Vite Romero, el encargado de la cuadrilla del área de Ecología, Marcelo Cruz Félix, y Crescencio Hernández, director del Cementerio municipal.
En contraparte, en Tlanchinol, Marcos Bautista Medina, actual alcalde emanado del Partido Acción Nacional (PAN) apenas tiene la secundaría; en contraparte, “la mayoría de sus directores de área tienen un mejor perfil académico que el munícipe oriundo de la localidad San José”, da cuenta Francisco Bautista, corresponsal de Criterio.
El asunto se recrudece en Jaltocán, donde “cuatro de las nueve personas que ocupan una regiduría no cuentan con estudios universitarios o de nivel superior, tienen educación media básica o básica, de acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Transparencia”, relata Salomón Hernández.
En manos como estas está el destino de muchos hidalguenses, quienes cada cuatro años votan por quienes postulan los partidos; estos mismos, acostumbrados a hacer y deshacer, invitan a sus cuates a las administraciones locales, aunque estos en su vida hayan trabajado en la burocracia o tengan algún tipo de estudios por el bien del ayuntamiento.
Lamentablemente, los gobiernos municipales se han convertido en botines de caciques y aspirantes a clase alta, quienes se dan salarios estratosféricos para el nivel de sus municipios y usan autos de lujo a costa del erario, además de ostentar seguridad que no tienen los ciudadanos.
Ojalá alguien tome acciones desde el Legislativo.
