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Hace (23) meses
Los dichosos estudios
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Así, entre nerviosa y preocupada, Josefina miraba hacia el río, tratando de adivinar en qué momento el torrente podría arrasar lo poco que le quedó después de la inundación del 6 de septiembre.

Aún no puede entender cómo es que las autoridades de la federación se atrevieron a prometerles que antes de las lluvias estarían listos los trabajos para que Tula no se volviera a inundar y encabronada decía, “apenas cayó una lluvia fuerte en la Ciudad de México y el río volvió a crecer y crecieron nuestros miedos”.

Y no es para menos, según que la Conagua les aseguró echar andar en diciembre el Plan Hídrico de Tula. Pasó diciembre, enero, febrero, marzo y apenas el 4 de abril ahora sí, finalmente, comenzó la obra.

“No chinguen”, dijo Josefina, “cinco meses para hacer unos putos estudios para saber cómo deben de ampliar el río Tula y para intervenir tres puentes que se vieron afectados por el torrente de más de 500 metros cúbicos por segundo que azotó el centro de la Ciudad de los Atlantes la madrugada del 6 de septiembre.

¿Pos’qué los estaban haciendo a lápiz y con transportador del juego de geometría de mi hijo?”

Según hubo ofrecimientos para que los ciudadanos conocieran de cerca los proyectos de los especialistas para evitar nuevas inundaciones, pero solo eso fueron, ofrecimientos, promesas, pero en la realidad, apenas hace 22 días pusieron en marcha el “dichoso plan”.

El tiempo apremia y las autoridades federales encargadas del Plan Hídrico ya tienen los recursos para ponerse a trabajar sin embargo, lo que ven los vecinos ya nerviosos porque ahí vienen las lluvias, es que los responsables de los trabajos se la están llevando bien relajada, total no viven ahí y les vale madre si los habitantes de Tula se vuelven a inundar, como diría un compadre, “es su bronca”.

Pero eso sí, en el papel donde están las especificaciones del “dichoso Plan Hídrico” se detalla que van a desazolvar y conformar el cauce, además de un revestimiento de concreto y para esas obras la federación destinó 384 millones de pesos, recursos que los vecinos esperan sean bien utilizados y que efectivamente no se vuelvan a inundar, aunque dudan de la palabra de esas autoridades que les ofrecieron apoyo y al final los dejaron abandonados a su suerte.

Josefina sabe perfectamente que esas promesas de la federación nunca se cumplieron, les ofrecieron 30 mil pesos para poder recuperar su patrimonio y solo les dieron 10 mil, dijeron que apoyarían en la limpieza de sus viviendas y aún las casas muestran los daños y el olor a las aguas negras persiste como para recordarles que en cualquier momento una nueva creciente los puede despojar de lo poco que han logrado recuperar con la ayuda de las autoridades municipales y estatales.

Así que ahora ya con la temporada de lluvias que amenaza adelantarse, los vecinos de Tula están verdaderamente preocupados, porque si en la Ciudad de México y la zona Metropolitana vuelve a llover, como ya ocurrió en los últimos días, ahora sí se los va a cargar el payaso, aunque eso poco les importe a la federación que ya dio señales de su indiferencia y poca empatía con los daminificados.

Palabras más, palabras menos.

Qué indignante debe ser para los gobernadores de los seis estados que tendrán elecciones este 5 de junio que el Senador Cravioto los regañe como niños chiquitos y les diga que se porten bien durante el proceso electoral y “puede que se ganen una embajada”.

Entiendo que esos sean premios muy jugosos para los políticos, pero que sea bajo esa consigna, solo habla muy mal del quien las ofrece.

¿De verdad esa es la clase de políticos que tenemos en el país?

¡Qué vergüenza!

Espero sus comentarios.

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