Carlos Days es un hidalguense que ha luchado como todos los artistas independientes, sus proyectos, uno de ellos como solista, lo han llevado a querer mostrar su talento dentro de la escena; tras acumular entre 15 y 20 canciones de su autoría, decidió empezar a producir en forma, además de promocionar en plataformas y buscar foros para darse a conocer.

El gusto por la música nació por todas las influencias que tenía en diferentes géneros, misma que le fue transmitida por su familia, desde su abuelo, sus tíos y sus padres; desde los 13 años no ha parado de hacer de la música parte de su vida.

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Aunque al principio hubo un tanto de inseguridad para mostrar sus obras, conforme fue madurando, comprendió que hacer lo que le gusta no debe de quedarse guardado, fue lo que lo motivó a presentarse en lugares y mostrar su proyecto.

En 16 años, Carlos Days ha tenido satisfacciones que lo han hecho sentirse seguro del camino que ha elegido, sobre todo en el ámbito de la producción, pues antes en la escena musical era difícil grabarse a sí mismo.

“Un gran logro que yo considero en mi carrera, como artista, como compositor, es el haberme aventurado en el mundo de la producción y poco a poco ir viendo las herramientas de trabajo que se necesitan para poder tener un estudio de grabación y producirte tú mismo”, indicó a FDS.

Carlos Days no está cerrado a los géneros: lo mismo canta salsa que música norteña, aunque sí tiene dos géneros en los que más se desarrolla y esos son el blues y el jazz.

Para el cantante, ser un artista independiente ha sido un peregrinar de muchos altibajos, pues en la vida de los artistas no siempre se corre con la suerte de generar ingresos, incluso para comprar sus instrumentos es complejo.

“Es difícil porque no tienes un ingreso fijo, no puedes gozar de poder decir ‘Quiero comprar esta guitarra y en la quincena me la compro’. No puedes, ese tipo de cosas, principalmente una estabilidad económica, son importantes y en los artistas es lo más común”.

Otra complicación que ha tenido que experimentar es la falta de foros en donde se dé el espacio a los artistas emergentes de la escena local; sin embargo, no se da por vencido: una ventaja es la tecnología que permite tener un espacio alternativo para mostrar el talento.

“A quienes les apasiona la música les diría que lo hagan sin importar, obviamente que estén conscientes de lo que implica el respeto hacia el arte, hacia las obras, porque la música sí te puede dar, pero siempre y cuando tú le correspondas, el arte es muy celoso, hay que tenerle el respeto necesario”, concluyó.