La sonda espacial GAIA de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha hallado dos agujeros negros en el universo cercano que habían pasado desapercibidos por los astrónomos.
Gaia BH1 y Gaia BH2 son los agujeros negros más cercanos a la Tierra, situados a solo mil 560 años luz en la dirección de la constelación de Ofiuco y a 3 mil 800 años luz en la dirección de la constelación del centauro.
Estos agujeros negros tienen una masa diez veces mayor que la del Sol y fueron descubiertos por un movimiento inusual en sus estrellas acompañantes, lo que sugiere que están ejerciendo una gran fuerza gravitatoria.
A diferencia de otros agujeros negros, estos no emiten luz, lo que los hace realmente “negros” y solo pueden detectarse por sus efectos gravitatorios.
Un aspecto relevante es que la separación entre los agujeros negros y las órbitas de las estrellas que los rodean es mucho más grande que en otros sistemas de agujeros negros y estrellas.
Según Kareem El-Badry, investigador del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y del Instituto Max-Planck de Astronomía, los binarios de rayos X son más sencillos de detectar ya que son muy brillantes en términos de rayos X y luz de radio.
El-Badry sostiene que lo que hace que este nuevo grupo de agujeros negros sea diferente a los que ya se conocían es la gran separación con sus estrellas compañeras, lo que sugiere que podrían haberse formado de manera diferente a los binarios de rayos X.
Gaia BH1 y Gaia BH2 fueron descubiertos mediante los datos recopilados por la sonda espacial Gaia, que mide con precisión las posiciones y movimientos de miles de millones de estrellas, proporcionando pistas valiosas sobre los objetos que ejercen una influencia gravitatoria, como otras estrellas, exoplanetas y agujeros negros.
Según Timo Prusti, el científico del proyecto Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), los datos precisos proporcionados por Gaia fueron esenciales para el descubrimiento de los dos agujeros negros.
Ningún otro instrumento puede medir con tanta precisión el movimiento en tres direcciones. Además, se necesitaron mediciones adicionales de la velocidad radial de los observatorios terrestres para entender mejor cómo se alejan y acercan las estrellas.
Estas mediciones adicionales fueron cruciales para confirmar que las anomalías en la cinética de las estrellas eran causadas por un nuevo tipo de agujero negro.
Es importante tener en cuenta que los agujeros negros no son completamente invisibles, ya que pueden emitir luz en forma de ondas de radio o rayos X cuando el material circundante cae sobre ellos.
Los científicos intentaron detectar cualquier emisión de luz desde el segundo agujero negro, Gaia BH2, utilizando el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA y el radiotelescopio Sudafricano MeerKAT, pero no pudieron encontrar ninguna señal.
Según Yvette Cendes, aunque no se detectó ninguna emisión de radio en el Gaia BH2, esto proporciona información valiosa sobre el entorno de los agujeros negros.
La ausencia de emisión sugiere que este agujero negro es voraz y que no hay muchas partículas cruzando su horizonte de eventos.
Estos nuevos tipos de agujeros negros son prácticamente invisibles ya que no emiten luz, lo que sugiere que probablemente estén más alejados de sus estrellas compañeras.
Redacción web
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