El estilista Kim Jones rindió homenaje el viernes en París a la figura del artesano con un desfile desenfadado para Dior Homme, con zuecos, ropa cómoda y estampados de dibujos casi infantiles, en una pasarela llena de gatos de cerámica gigantes.
Jones quiso mezclar “lo hecho en casa y el taller, lo global con lo local” para este desfile, para el que apeló a la obra de un desconocido ceramista sudafricano de 83 años.
Este ceramista “no es conocido, pero lo admiro y quería rendirle homenaje”, afirma Kim Jones sobre su amigo, de quien colecciona en su casa londinense platos y esculturas.
Las siluetas son a la vez escultóricas y prácticas, con pantalones anchos, camisetas sin mangas, o chaqueta de trabajo.
La ropa tiene un toque años 1950, con acabados brillantes.
Predominan cortes redondeados, suaves, como las inmensas esculturas de gato que se pavonean en medio de la pasarela instalada en los jardines de Val de Grâce, en París.
En cuanto a los accesorios, Dior recupera su best seller de 25 años, el bolso Saddle oblicuo, y los chicos Dior llevan todos un intrigante sombrero en forma de campana, que podría parecer de inspiración indígena.
Tejido al ganchillo, con perlas de fantasía de colores, es una realización de artesanos sudafricanos que viven cerca del ceramista Hylton Nel.
La imaginería de Nel, con dibujos casi naïf e infantiles, ya impresa en sudaderas que se venderán en las tiendas Dior del mundo, se encarna en un pequeño perro azul lindo y sonriente.
“Quería mantener las cosas ligeras, optimistas porque el mundo es bastante oscuro en este momento”, declaró Kim Jones.
Esta temporada, el zueco, calzado por excelencia del artesano, se reinventa en madera de haya y cuero de becerro, con una enorme suela tachonada para alejarse, según el comunicado, “de los clichés”.
AFP | París