Sevilla, como sucede con el resto de Andalucía, es tierra de imaginación. Porque hay que hacer gimnasia con la mente. Porque uno no para de ver cosas. Porque no gratuitamente el año entero registra gran cantidad de visitantes”.

José Antonio lo dice muy orgulloso, mientras el sol invernal, ese que es confuso porque deslumbra pero no rostiza, le hace chiquitos los ojos.

Guía turístico desde hace 40 años, admite que pasar dos días en esta ciudad es casi una mala broma, pero hay que hacer el esfuerzo y condensar los tesoros de una urbe a la cual muchos llaman “la más guapa de España”.

Y lo presume justo parado sobre uno de los puntos más recomendables para quienes le ven el rostro a la bella Sevilla por primera vez: la avenida de la Constitución.

Se trata de una pintoresca arteria peatonal, tan exquisita de día como de noche, que nace a escasos metros del histórico Río Guadalquivir y cuya línea recta, concebida entre la Plaza de San Francisco y la Puerta de Jerez, permite toparse con un gran número de casas construidas específicamente para la Exposición Iberoamericana de 1929. Además, están situados edificios de gran relevancia como el Banco de España, el Archivo General de Indias y el edificio de Correos y Telégrafos.

Imposible no sorprenderse con el gran número de heladerías y confiterías que condimentan el camino de los andantes, quienes únicamente deben estar atentos al paso del tranvía, el cual cruza libremente por tal corredor.

Aproximadamente a la mitad de la avenida uno mira hacia arriba y queda absorto ante una inmensa mole que en 1987 fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Se trata de la Catedral de Santa María de la Sede, obra muda que, junto a su inseparable campanario -la imponente Giralda- es blanco de la mayoría de fotos y videos. Vista casi desde cualquier calle a su alrededor, la torre, cuya base es musulmana y la cúspide es cristiana, corta la respiración y anula el parpadeo.

“De estilo gótico, es la catedral más grande de España. Cuenta con 32 pilares, 26 capillas y 84 vitrales. En este lugar hubo tres templos en distintas épocas: uno romano, otro visigodo y luego una enorme mezquita árabe”, según datos otorgados por José Antonio, nuestro guía.

“Ahí hay pinturas de Murillo y de Goya, hay tres reyes enterrados, así como la tumba de Colón. El órgano principal tiene 10 mil tubos y el altar mayor es enorme. Hablamos de algo así como tres toneladas de oro y mil 60 imágenes representando el antiguo y el nuevo testamento”, agrega.

Ciertamente, la gran atracción de la avenida Constitución es donde la mente y los ojos se ejercitan más.

Luis Carrillo I Agencia Reforma

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