A dos años y siete meses de que ocurriera la explosión de un ducto de Pemex en el predio Las Viborillas, ubicado entre Tlahuelilpan y Tlaxcoapan, que costó la vida a 137 personas, la casa de oración que se construiría en memoria de los fallecidos sigue sin avance a falta de apoyo gubernamental.
El 18 de enero de 2019, teniendo como marco el desabasto de gasolina debido a la estrategia federal contra el huachicoleo, pobladores de la región Tula-Tepeji e incluso de Estado de México acudieron a los límites de las demarcaciones ya mencionadas, donde se registró la fuga de hidrocarburo en una toma clandestina, la cual explotó y arrebató la vida a decenas de personas que extraían combustible.
Un mes después, por iniciativa de la Iglesia católica y los deudos de los fallecidos, surgió la idea de edificar un memorial en honor a las víctimas, para lo cual se conformó un comité de seguimiento por parte de los dolientes, quienes buscaron el respaldo de las autoridades de los tres órdenes de gobierno y de la Diócesis de Tula, a través del párroco de Tlahuelilpan, Francisco Martínez.
En aquel momento, los deudos recibieron respuesta positiva de todos los frentes, pero, a más de dos años y medio del pronunciamiento, la edificación de la ermita sigue sin progreso. El área está abandonada.
De acuerdo con Lucía Hernández Reyes, representante de uno de los dos grupos en que se dividieron los familiares de los fallecidos, el tema no presenta avance por la falta de apoyo de las autoridades, que —dijo— “continúan echándose la pelotita para no asumir su responsabilidad”.
En entrevista, la quejosa expresó que el estado y la federación “aún no se ponen de acuerdo sobre quién pone qué cosa, o por lo menos eso parece”.
Sin mencionar el nombre de quién es la autoridad con la que han dado seguimiento al proyecto, señaló que, actualmente, ni siquiera se cuenta con la certeza jurídica de la zona cero, pese a que el gobierno de la República se comprometió a donarlo.
Recordó que en el acuerdo inicial se propuso que la federación compraría el terreno y el estado se encargaría de la mano de obra para construir la capilla, pero, hasta ahora, ninguno ha cumplido.
Asimismo, Hernández Re-yes sostuvo que, en la primera semana de febrero del presente año, ante la falta de respuesta de las autoridades y con el respaldo de un empresario —de quien omitió su identidad por no estar autorizada— y por iniciativa de familiares de las víctimas, comenzaron la construcción formal del memorial mediante un proyecto independiente.
Sin embargo, indicó que, por algunos inconvenientes con la empresa a cargo de la obra, hace tres meses los trabajos fueron aplazados.
Criterio recorrió la zona cero y constató que la edificación está detenida, por lo que otros deudos, que prefirieron no ser identificados, exhortaron a los gobiernos estatal y federal a definir “si se cuenta o no con su apoyo”.
Miguel Ángel Martínez
Tlaxcoapan / Tlahuelilpan
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