Un total de 32 plantas de tratamiento de aguas residuales instaladas en Hidalgo se convirtieron en elefantes blancos, ya que de las 158 que hay en el estado, 85 operan, 37 están en construcción y cuatro están en estabilización o rehabilitación, según el Programa Institucional de Desarrollo (PID) de la Comisión Estatal de Agua y Alcantarillado (CEAA) 2017-2022.
En Tulancingo, de acuerdo con datos del organismo operador del agua, funciona uno de cuatro receptores de aguas residuales que existen: la planta tratadora de Ahuehuetitla.
Además, a las inversiones millonarias de las tratadoras que están en desuso, se suma la contaminación causada a los afluentes como la presa Las Fuentes en Singuilucan, que recibe la descarga de agua contaminada del drenaje sanitario.
En esta demarcación, en el año 2009, comenzó a construirse una receptora de aguas negras, la cual tuvo una inversión de 15 millones de pesos; no obstante, nueve años después, sigue sin terminarse.
Al respecto, el PID señala que, ante la falta de plantas de tratamiento o de instalaciones adecuadas de drenaje sanitario, algunas descargas de aguas residuales se hacen en cuerpos de agua dulce utilizable, lo que pone en riesgo la continuidad de los servicios de agua potable y saneamiento.
Y a su vez, añade el programa, contaminan los mantos freáticos de los cuales se extrae este recurso para abastecer a las comunidades, lo que pone en peligro el abasto de las futuras generaciones.
En tanto, el análisis de la CEAA señala que, en materia de saneamiento, en Hidalgo se tiene instalada una capacidad de 1,360.20 litros por segundo en 158 plantas de tratamiento de aguas residuales.
El documento sostiene que el bajo tratamiento de las residuales, pese a que existe infraestructura en algunos municipios para sanear las aguas negras, tiene como objetivo fortalecer la autosuficiencia de los organismos operadores del agua para lograr un manejo integral y sustentable del recurso hídrico.
Nathali González
Tulancingo
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