Un hombre de San Bartolo Tutotepec, quien tenía más de dos de años sin ser localizado por su familia, se reencontró con sus parientes.
El sujeto, intentó llegar a Estados Unidos atravesando el río Bravo, pero no logró pasar, por lo que se quedó en la frontera de Tamaulipas viviendo en situación de calle.
Posteriormente, la hija del individuo lo encontró a través de una página que difunde imágenes de personas extraviadas, por lo que se contactó con el alcalde de San Bartolo, Santos Cabrera Hernández.
Asimismo, el edil comisionó a empleados municipales para que, en coordinación con la fiscalía y la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas, ubicaran a M. S. T., de 38 años de edad, quien es originario de Palo Gordo.
No obstante, una vez que se notificó a las autoridades de ese estado, el sujeto volvió a extraviarse durante dos semanas.
Después, fue localizado por agentes de Tamaulipas, quienes realizaron las diligencias para su traslado.
Asimismo, el alcalde Cabrera Hernández agradeció el apoyo de Eduardo Loza, encargado del Grupo Especial de Búsqueda la fiscalía de ese estado.
Además, se informó que el hallazgo se logró gracias a la red Buscando desaparecidos en la Frontera No. 1 y de la población que se sumó a la búsqueda.
Magda García
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“El corazón de la Sierra Otomí-Tepehua, es decir, San Bartolo Tutotepec, es un lugar multidiverso y con paisajes bioculturales majestuosos”, comentó Salma Sinaí Soto Montes, promotora cultural, quien lamentó que por muchos años fueron poco difundidos y explorados.
Una vez que concluyó su licenciatura en Lengua y Cultura, por la Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo (UICEH), decidió recabar datos, sustentarlos y divulgarlos, e indicó que ser promotora cultural es todo un reto, pero no imposible: “Urge que los paisajes bioculturales sean dignificados y difundidos. San Bartolo Tutotepec tiene potencial”.
Uno de los parajes en cuestión es el bosque de la Cumbre de Muridores: “Hay figuras de piedra creadas de manera natural, las cuales asemejan a ranas, carros, conejos y seres humanos. Están dos al borde de la carretera: las piedras del Sapo y de los Compadres”.