Las cuadrillas de coles o de disfrazados son populares en la Huasteca. Anteriormente solo participaban hombres, mientras que mujeres y niños quedaban exentos de danzar, debido a que se consideraban de espíritu débil; sin embargo, actualmente forman sus grupos, señaló la escritora Luz Alfa Vargas Sáenz en un fragmento de la investigación del Consejo de la Crónica de la Huasteca.
Explicó que niños y mujeres son del ciclo del mijkahuis, donde se abren las puertas del inframundo. Por lo regular, dijo, salen espíritus desencantados y malos, y se posicionan en las almas más débiles.
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De acuerdo con la tradición, las personas que desobedecían esta creencia, tras un tiempo bailando, se enfermaban de un extraño padecimiento o se comportaban de una forma más agresiva.
Uno de los grupos femeninos con mayor número de integrantes es la Tradicional Cuadrilla Colalambre. Los ensayos iniciaron desde septiembre, en la galera de usos múltiples de la primaria Fausta Careta de la Vega, así que para estas fechas dicen estar listas para hacer el ritual del baile con los sones huastecos.
La cuadrilla femenil tiene más de 60 integrantes y este es el tercer año que participarán en las festividades del Xantolo. Ellas no solo no viven en la colonia Colalambre, sino que vienen de otros sectores que no cuentan con un grupo de danzantes mujeres, por lo que se suman a las que hay cerca de su domicilio.
El zapateado se escucha casi al unísono, al ritmo de los sones huastecos, como La iguana, El cuanegro, El tecolote y La culebrita. La mitad de ellas se colocarán máscaras de vaqueros y otras caracterizarán a las mujeres huastecas, con el rostro cubierto con un pañuelo para esconder su identidad.
Graciela del Ángel Hernández, integrante de una cuadrilla, afirmó que este es su segundo año participando y expresó que es bueno que también permitan la actuación de mujeres, porque era prácticamente un ritual de hombres: “Las cosas cada vez son más equitativas”.
Salomón Hernández | Huejutla
