Ante la crisis de inseguridad que se vive en Ixmiquilpan, el obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, pidió “justicia, verdad y paz” para el municipio, al igual que para otras ciudades de México.

Durante su visita pastoral de una semana, en la que además realizó encuentros académicos, también visitó las instalaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Ixmiquilpan, donde dialogó con las personas que se encuentran privadas de su libertad por los diversos delitos que han cometido.

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En una conferencia de prensa ofrecida en la parroquia de San Miguel Arcángel, subrayó la necesidad del involucramiento de todas las instituciones y de la propia sociedad para atender los problemas sociales que actualmente están aquejando a todo el país.

“Para Ixmiquilpan, para nuestro estado y para nuestra patria, ¿qué es lo que deseamos? Justicia, que prevalezca la verdad, no la mentira, no la corrupción, que todos nos veamos como hermanos. Deseamos vivir en paz y que se acabe todo el tipo de violencia y ese compromiso es de todos, no solo de las autoridades civiles o religiosas”, aseveró el clérigo.

Consideró que es necesario recomponer el tejido social desde la base de las familias y que todas las instituciones se integren, a fin de tener resultados positivos en corto tiempo para los problemas.

El obispo negó que existan “generaciones perdidas”, ante los resultados que está teniendo la violencia, particularmente porque las víctimas mortales de los delitos de alto impacto están siendo personas jóvenes.

Dijo que en el caso de la Iglesia católica se trabaja con jóvenes, existen grupos juveniles y se continuará involucrando a este sector en la recuperación de los valores.